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Actualizado: hace 3 años 7 semanas

La infección por el coronavirus no parece alterar la función pulmonar de niños y adolescentes

Jue, 09/30/2021 - 04:06

Es sabido que la COVID-19 no se presenta con igual gravedad en la población más joven comparada con los de mayor edad. Lo que no significa que entre los casos de niños y jóvenes afectados no se pueda producir una enfermedad grave ni sea necesaria la hospitalización en determinados casos, pues como recuerdan los especialistas, en este grupo etario el riesgo es bajo, pero no es cero.

No obstante, dos estudios vienen a refrendar el menor impacto de la enfermedad en los jóvenes, al menos en lo que respecta a la función pulmonar.

Los estudios concluyen que la función pulmonar no parece verse dañada tras haber superado la infección. Los resultados de ambos trabajos se acaban de presentar en el congreso de la Sociedad Respiratoria Europea (ERS), que se está celebrado recientemente de forma virtual.

Uno de los estudios, dirigido por Ida Mogensen, del Instituto Karolinska, en Estocolmo, no observó diferencias estadísticamente significativas en cuanto a la función pulmonar entre los jóvenes que habían pasado una infección por SARS-CoV-2 y los que no.

Ni siquiera entre los que tenían asma, aunque en ese grupo se encontró una tendencia hacia mediciones ligeramente más bajas del volumen de aire espiratorio forzado en un segundo (FEV1), una de las medidas de la función pulmonar.

Tendencia que podría indicar peor función en asma

«Nuestro análisis mostró una función pulmonar similar independientemente del historial de COVID-19″, afirma Mogensen. «Cuando incluimos a 123 participantes con asma en el análisis, el 24 % que había tenido COVID-19 tendía a tener una función pulmonar ligeramente más baja, pero no fue estadísticamente significativo».

Al margen de esa tendencia, no se registraron diferencias entre los que habían tenido la COVID en las mediciones de los eosinófilos, los indicadores de inflamación, las respuestas alérgicas o el uso de corticosteroides inhalados.

El estudio ha recopilado información de 661 jóvenes con una edad promedio de 22 años, y que formaban parte de otro gran estudio donde se les realizaba exámenes médicos periódicos. El examen prepandémico más reciente se llevó a cabo entre 2016 y 2019; los seguimientos de la COVID-19 se efectuaron entre octubre de 2020 y mayo de 2021. Los datos recopilados incluyeron mediciones de la función pulmonar, de la inflamación y de los eosinófilos.

De los 661 participantes, 178 (27 %) tenían anticuerpos contra el SARS-CoV-2. Los investigadores midieron el FEV1, y la relación FEV1 con la capacidad vital forzada (FVC), un indicador de vías respiratorias estrechas. Calcularon los cambios en la función pulmonar entre el período anterior a la pandemia y durante la pandemia, y compararon el cambio porcentual con los participantes que no habían sido infectados.

“Estos resultados son tranquilizadores para los adultos jóvenes. Sin embargo, continuaremos analizando datos de más personas. En particular, queremos observar más de cerca a las personas con asma, ya que el grupo de este estudio era bastante pequeño. También tenemos curiosidad por saber si el tiempo transcurrido desde la infección es importante, así como la gravedad de la enfermedad y los síntomas».

Un segundo estudio con similares resultados

Un segundo estudio presentado también en el congreso obtuvo similares resultados: la función pulmonar en niños y adolescentes tampoco se vio afectada por la COVID-19, salvo que se sufriera en la forma grave de la enfermedad.

Anne Schlegtendal, especialista Neumología pediátrica en el Hospital Infantil de la Universidad Ruhr de Bochum, en Alemania, analizó los efectos a largo plazo de la infección por COVID-19 entre agosto de 2020 y marzo de 2021. La investigación recogió datos de 73 niños y adolescentes de entre cinco y 18 años, en un solo hospital. Otra limitación del trabajo es que en el grupo de pacientes con COVID no se incluyeron a aquellos con problemas respiratorios graves durante la fase aguda de la infección.

“Aunque los niños y adolescentes tienden a sufrir síntomas menos graves de la infección por COVID-19 que los adultos, hasta la fecha solo hay evidencia preliminar sobre los efectos a largo plazo del covid-19 en la función pulmonar en niños y adolescentes”, matiza Schlegtendal. “Es importante evaluar esto dado que los niños de todo el mundo se infectarán potencialmente con el SARS-CoV-2 siempre que las vacunas estén reservadas predominantemente para adultos y grupos de alto riesgo”.

Los investigadores realizaron pruebas de función pulmonar entre dos semanas y seis meses después de la infección por COVID-19 y compararon los resultados con un grupo de control de 45 niños que no habían sido infectados con el coronavirus, pero que podrían haber tenido alguna otra infección. Los participantes tenían diferentes grados de gravedad de la enfermedad. Una infección se consideró grave si el paciente presentaba disnea, fiebre superior a 38,5 grados centígrados durante más de cinco días, bronquitis, neumonía o permanecía en el hospital durante más de un día.

Diecinueve niños y adolescentes del grupo que había tenido covid-19 presentaron síntomas nuevos o persistentes después de la infección por SARS-CoV-2; ocho refirieron al menos un síntoma respiratorio, seis de los cuales fueron problemas respiratorios continuos y dos tenían tos persistente. Dos de estos ocho pacientes mostraron una función pulmonar anormal.

Infección grave, fuera o no por COVID

“Cuando comparamos a los pacientes con COVID-19 con el grupo de control, no encontramos diferencias estadísticamente significativas en la frecuencia de función pulmonar anormal. Se produjeron en el 16 % del grupo con COVID-19 y en el 28 % del grupo de control. Sin embargo, un análisis más detallado reveló una reducción en la capacidad vital forzada en pacientes que habían sufrido una infección grave, ya fuera covid-19 o alguna otra infección”, explica Schlegtendal.

“Estos hallazgos deberían ofrecer cierta tranquilidad a los niños, adolescentes y sus familias. La gravedad de la infección demostró ser el único predictor de cambios leves en la función pulmonar y esto es independiente de una infección por covid-19. La discrepancia entre los problemas respiratorios persistentes y la función pulmonar normal sugiere que puede haber una causa subyacente diferente, como la respiración disfuncional, que es un problema que también se ha identificado en adultos”.

Vacunar para frenar la transmisión

La presidenta de la Sociedad Respiratoria Europea, Anita Simonds, que es Consultora Honoraria en Neumología en el Hopsital Royal Brompton y profesora en el Imperial College de Londres, considera que los hallazgos de estos trabajos, en los que ella no ha participado, “brindan una importante tranquilidad sobre el impacto de la infección por COVID en la función pulmonar en niños y adultos jóvenes. Ya sabemos que este grupo tiene menos probabilidades de sufrir una enfermedad grave si contraen el virus, y estos estudios, que incluyen de manera importante grupos comparadores sin COVID-19, muestran que también tienen menos probabilidades de sufrir consecuencias a largo plazo con respecto a la función pulmonar”.

Sin embargo, la especialista considera necesario que se realicen más investigaciones sobre los efectos de la COVID-19 en personas con asma o que tienen una infección respiratoria grave, ya sea por la propia COVID o por otro agente infeccioso. “Estas personas pueden ser más vulnerables a los efectos a largo plazo sobre la función pulmonar y subraya la importancia de que todas las personas elegibles se vacunen contra la covid-19 para reducir la propagación general de la enfermedad”.

septiembre 29/2021 (Diario Médico)

La dieta cetogénica mejoraría la evolución de la epilepsia en la mitad de los pacientes

Jue, 09/30/2021 - 04:05

La evidencia sobre su manejo en los diferentes tipos de pacientes acaba de ser actualizada en la segunda edición de una guía avalada por seis sociedades científicas.

Se calcula que un tercio de los pacientes con epilepsia no responden a ningún tratamiento farmacológico. Para la mitad de ellos seguir una dieta rica en grasas y pobre en hidratos de carbono, lo que se conoce como dieta cetogénica, podría mejorar la evolución de la enfermedad. Incluso, entre un 15 % y un 20 % de estos pacientes se queda libre de episodios de crisis. Así lo manifestó Consuelo Pedrón Giner, pediatra y miembro de la Sección de Gastroenterología y Nutrición del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús, de Madrid, en la presentación on line de la segunda edición del Manual para la Práctica de la Dieta Cetogénica, promovida por Nutricia y que cuenta con el aval de seis sociedades científicas neurológicas y de nutrición.

“Esta revisión, actualizada, pretende acercar aún más el conocimiento de este tratamiento nutricional al manejo de la epilepsia refractaria tanto en niños como en adultos”, destacó Pedrón que también es la coordinadora del compendio.

En España, se estima que más de 400 000 personas sufren epilepsia, una enfermedad que es más frecuente en niños y adolescentes, y también en adultos mayores. Aproximadamente, el 35  % de todos ellos padecen epilepsia refractaria. “El 50  % de estos últimos responden a la dieta cetogénica con una disminución de la frecuencia de las crisis superior al 50 %”, lo que supone una mejora en su salud y en su calidad de vida, indicó la especialista.

Mejora aspectos cognitivos

Según Pedrón, “la práctica clínica ha demostrado que esta dieta también mejora los aspectos cognitivos y conductuales de los pacientes. Tienen un mayor nivel de alerta y de atención, y un mejor desarrollo del lenguaje y de las funciones sociales”, indicó. En este sentido, algunos síndromes epilépticos que se dan con frecuencia en la infancia pueden afectar al neurodesarrollo del niño y provocar un deterioro neurocognitivo. De ahí la importancia de considerar el establecimiento precoz de una dieta cetogénica antes de que el deterioro sea irreversible, ya que podría mejorar el pronóstico de diferentes enfermedades.

A juicio de la pediatra, en los pacientes que no son respondedores a otros tratamientos, la dieta cetogénica “debería considerarse de forma precoz porque ha demostrado ser eficaz y presenta muy pocos efectos secundarios”.

En enfermedades metabólicas

La dieta cetogénica está diseñada para imitar los cambios bioquímicos asociados con el ayuno forzando al cuerpo a utilizar la grasa como fuente de energía, una circunstancia que es beneficiosa en el control de las crisis epilépticas. Esta dieta, además, puede considerarse para el manejo de enfermedades metabólicas específicas que pueden generar epilepsia, incluyendo el síndrome por deficiencia del transportador de glucosa de tipo 1 (GLUT-1) y de la piruvato deshidrogenasa (PDH)16, tal como avala la evidencia científica.

El uso de esta dieta cada vez es más amplio, considerándose tanto en adultos como en niños. En el Hospital Niño Jesús han aumentado exponencialmente los casos durante los últimos cuatro años, explica la especialista. Aunque no existe un registro, la especialista calcula que su uso se ha incrementado hasta un 25 %.

Por otro lado, y, pese a que se pensaba que esta dieta podría conllevar efectos secundarios graves en los lactantes, la pediatra ha confirmado que no es así. “Lo que se necesita con estos pacientes es una monitorización muy estrecha por lo que se requiere que los pacientes estén ingresados para poder llevar un control estricto”.

Lactantes y embarazadas

En el caso de las embarazadas, las sociedades científicas han marcado diferentes posicionamientos al respecto que van desde la contraindicación relativa a la absoluta. No obstante, Pedrón subrayó que se debe tener en cuenta que se han descrito casos de gestantes que han llevado dieta cetogénica y han tenido embarazos a término sin problemas o con problemas menores. En ese sentido, asegura que si una mujer con esta dieta se queda embarazada “debemos alarmarnos menos que si no tuviéramos la evidencia que ya tenemos”

septiembre 29/2021 (Diario Médico)

Estas son las limitaciones, dificultades y retos de la investigación del cáncer pediátrico

Mar, 09/28/2021 - 04:06

El jefe del Servicio de Hematoncológica Pediátrica del Hospital Universitario la Paz nos cuenta cómo se encuentra en la actualidad la investigación del cáncer pediátrico y cómo ha afectado –y lo hará en los próximos años– la pandemia por la COVID-19.

Cuando una persona de nuestro entorno o a nosotros mismos se nos diagnostica de cáncer, se remueven los cimientos internos de nuestras emociones y comportamientos. Aparece el miedo. No es para menos, es la pandemia silente del último siglo. Sin embargo, es poco probable que conozcamos a algún niño o adolescente con esta enfermedad.

De hecho, las decenas de tipos diferentes de cáncer que acontecen en los más pequeños, son consideradas enfermedades poco prevalentes, raras, huérfanas. Pero el cáncer pediátrico no solo existe, sino que provoca el mayor número de muertes en esta población. Uno de cada cinco niños que fallecen en Europa lo hacen por cáncer, y cada vez constituye una enfermedad más prevalente en los países en vías de desarrollo. Pero la conciencia social profunda de la existencia del cáncer en menores y su dimensión debería llevar implicado un espíritu de reacción y transformación.

Aún estamos lejos de la remisión completa del cáncer infantil y sin secuelas. Aproximadamente dos de cada tres niños que superan el cáncer van a presentar efectos adversos importantes

Desde que hace algo más de 70 años, en 1948, Sidney Farber reportara las primeras curaciones transitorias de leucemia en niños con uno de los fármacos quimioterápicos iniciales (aminopterina), hasta que Shannon Maude en 2018 publicara como el tisagenlecleucel –un medicamento celular de terapia avanzada– inducía remisiones en leucemias intratables, también en niños, ha sido la investigación la que ha permitido generar esperanzas de que este siglo, y durante las próximas décadas, se pueda alcanzar la curación de estas enfermedades.

No obstante, aún estamos lejos de la remisión completa y sin secuelas. Aproximadamente dos de cada tres niños que superan el cáncer van a presentar efectos adversos importantes. Más de medio millón de adultos en este momento son supervivientes a un cáncer en edad pediátrica, pero el precio es una elevada cronicidad y dependencia del sistema sanitario de por vida.

El cáncer pediátrico no es igual que el adulto

En la actualidad, la mayoría de los fármacos que utilizamos en el tratamiento del cáncer infantil todavía no están autorizados en población pediátrica y se hacen por homología en la población adulta. Apenas 9 de los 150 fármacos desarrollados como tratamientos contra el cáncer han sido aprobados en población pediátrica en la última década.

Hay que dejar claro que los niños no son adultos pequeños ni los cánceres en ellos son iguales que los que ocurren en población adulta.

El desinterés de la industria farmacéutica por la investigación en cáncer pediátrico basado en su baja prevalencia, apenas un 0,9 % del cáncer de adultos, es uno de los principales retos a los cuales tenemos que enfrentarnos.

Para ello, hay que establecer alianzas equilibradas no basadas en criterios de prevalencia sino de impacto social y valores. Y con una estrategia basada en un objetivo común: la curación completa, con tratamientos adaptados a las características únicas de la edad pediátrica que además garanticen estados de salud permanente y sin efectos secundarios.

La importancia de la investigación académica

Hoy en día no existe la especialidad de oncología pediátrica ni un plan formativo al respecto de los pediatras internos residentes que quieran realizar esta especialidad en nuestro país. Este hecho, junto con el modelo actual de gestión sanitaria territorial, genera una gran heterogeneidad y discrepancia entre los equipos que atienden esta patología en los más de 50 hospitales de nuestro país.

La dispersión territorial de los pacientes que sufren enfermedades raras y la ausencia de concentración del conocimiento y experiencia dificulta la incorporación en estudios internacionales y la implementación de nuevas estrategias como la medicina personalizada, las terapias avanzadas y el desarrollo de la investigación en cáncer infantil.

Por tanto, el reto de las sociedades científicas e instituciones académicas pediátricas que atienden el cáncer infantil es doble. Por un lado, establecer alianzas entre la investigación clínica de las biofármaceúticas con la investigación académica; y por otro, asesorar a los responsables de la administración y a la sociedad para un cambio de modelo de gestión de las enfermedades raras. Esta medida sin duda impactaría positivamente de manera costo-efectiva en los recursos siempre limitados.

Salud medioambiental y cáncer infantil

Igualmente, acciones dirigidas a evitar factores ambientales como el consumo de alcohol, tabaco, alimentación desequilibrada y el sedentarismo podrían evitar el 40 % de los cánceres de adultos. El cáncer es una enfermedad más fácil de prevenir que de curar. Pero en niños estos factores preventivos no son aplicables.

La incorporación de la salud medioambiental, la genética y la epigenética, tanto en el diagnóstico como durante el tratamiento y hasta la atención a los largos supervivientes, constituye un reto aún en desarrollo

Ahora bien, otros efectos indirectos medioambientales como la exposición a tóxicos por vertidos o daños en infraestructuras podrían desempeñar un papel importante junto con la predisposición genética en esta enfermedad, reportada en el 10 % de todos los cánceres en niños.

Así, la incorporación de la salud medioambiental, la genética y la epigenética, tanto en el diagnóstico como durante el tratamiento y hasta la atención a los largos supervivientes, constituye un reto aún en desarrollo.

Nuevos tratamientos: inmunoterapia y medicina personalizada

Junto con la cirugía, radioterapia, quimioterapia y el trasplante hematopoyético, la inmunoterapia emerge como una estrategia terapéutica importante que ya ha demostrado su eficacia en el neuroblastoma, el linfoma de Burkitt y en la leucemia aguda linfoblástica pediátrica.

Su implementación en el sistema sanitario está siendo gradual, fuente de impulso para valorar y apoyar la investigación académica, fundamentalmente por el interés de las instituciones de abaratar los costes elevados promovidos por el retorno de la inversión realizada por parte de la industria farmacéutica.

La implementación del diagnóstico molecular del tumor pediátrico en profundidad, junto con las características del paciente pediátrico que tiene el tumor, es sin duda una de las tareas aún pendientes en nuestro país, y que podría mejorar la supervivencia en algunos cánceres pediátricos, así como impactar en los costos derivados de tratamientos innecesarios y en el ahorro por efectos adversos a medio y largo plazo.

El impacto de la COVID-19 en esta enfermedad

Durante la pandemia, sobre todo las primeras olas, reinó un desconcierto provocado por la incertidumbre, el miedo y el desconocimiento. Esto trajo la modificación sustancial durante algunos meses de la gestión sanitaria, con retrasos diagnósticos y cambios en el manejo y monitorización de los pacientes con cáncer.

El impacto de la COVID-19 en términos de supervivencia en los niños con cáncer fue importante sobre todo en países en vías de desarrollo y en los pacientes pediátricos con mayor vulnerabilidad inmunológica o comorbilidades asociadas. Ahora bien, también está siendo una oportunidad para explorar estrategias terapéuticas desarrolladas para el tratamiento de infecciones virales.

Si asumiéramos el cáncer con la misma profundidad que la mayoría de la sociedad ha asumido la COVID-19, probablemente en pocos años estaríamos hablando de la curación completa de muchos tipos de cáncer a través de la investigación, expreso Antonio Pérez Martínez.

La pandemia constituye un ejemplo importante de la capacidad de resiliencia de nuestra sociedad, y de un claro exponente de cómo se puede acelerar la investigación cuando existe conciencia social profunda y transformadora y la necesidad así lo requiere. Las vacunas para el SARS-CoV-2 se han desarrollado en meses, siendo ahora un arsenal eficaz para prevenir las formas graves de la enfermedad.

Esto puede verse como una gran oportunidad para trasformar la visión de la sociedad hacia la ciencia y los científicos, y establecer los canales para que sean ellos los líderes impulsores del desarrollo equilibrado y sostenible.

Antonio Pérez Martínez es jefe del Servicio de Hematooncología Pediátrica del Hospital Universitario la Paz y coordinador del grupo de Trabajo CART del Grupo Español de Trasplante Hematopoyético. Es el investigador principal del Grupo de Investigación Traslacional en Cáncer Infantil, Trasplante Hematopoyético y Terapia Celular del Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital La Paz (idiPAZ) (2013) y responsable de la Unidad de Investigación Clínica en Oncohematología Infantil acreditada por el consorcio europeo Innovative Therapies For Children with Cancer (ITCC) (2016).

septiembre 27/2021 (SINC)

La desnutrición aumenta un 30 % el riesgo de infección

Lun, 09/27/2021 - 04:04

Los niños con desnutrición pueden presentar complicaciones infecciosas y estancias más largas en el hospital después de una cirugía. Para abordar este tema, Danone Specialized Nutrition lanza la campaña ‘Rompe el Círculo’ con la que pretende concienciar de la relación bidireccional entre la desnutrición y la infección, especialmente en la infancia.

Existe un círculo vicioso entre la desnutrición y la infección. Mientras las infecciones exacerban la desnutrición, esta aumenta el riesgo de infección en un 30 %.

Diversos estudios han confirmado que las enfermedades por deficiencia alimentaria pueden reducir la resistencia del organismo a las infecciones y afectar de modo adverso el sistema inmunológico. Al mismo tiempo, también se ha demostrado que los niños con desnutrición presentan complicaciones infecciosas más frecuentes y estancias más largas en el hospital después de una cirugía. Con el objetivo de llamar la atención sobre el papel de la desnutrición en la evolución de las infecciones pediátricas, Danone Specialized Nutrition ha puesto en marcha la campaña ‘Rompe el Círculo’, para reflejar, además, la importancia del diagnóstico temprano de la desnutrición en pediatría y de derivar al paciente, cuanto antes, al especialista.

Cualquier infección es más frecuente en un niño con mal estado nutricional

“A la hora de abordar la desnutrición infantil, el papel de los pediatras de Atención Primaria es clave, pues son la puerta de entrada al sistema sanitario.

Son ellos los que primero pueden actuar frente a la desnutrición, detectando problemas orgánicos subyacentes y/o matizando comportamientos poco saludables. Y, en caso de que el paciente pueda beneficiarse, serían ellos los que iniciarían los trámites de la derivación al especialista”, indica el doctor Iván Carabaño, médico adjunto del servicio de Pediatría del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid.

Una vez realizada la derivación a gastropediatría o a nutricón , “los especialistas,  si están capacitados en nutrición clínica, van a facilitar que los niños en situación de riesgo nutricional no inclinen su balanza hacia un escenario de carencia, sino que consigan equilibrarlo de una manera razonable y con pautas de nutrición específicas”, remarca el doctor Carabaño.

La relación entre desnutrición e infección es bidireccional. Por un lado, los cambios en la microbiota intestinal relacionados con la desnutrición comprometen la función inmune1, mientras que las deficiencias de proteínas y micronutrientes comprometen las funciones inmunes innatas y adaptativas.

Por otro lado, la infección aumenta el riesgo de desnutrición debido al gasto metabólico de la activación inmunitaria, por su efecto directo -como, por ejemplo, con la pérdida de nutrientes durante una diarrea-, así como por la potencial suspensión del apoyo nutricional en lactantes críticamente enfermos.

“Las infecciones graves más prevalentes a nivel mundial en el colectivo infantil afectado por la desnutrición son tres: diarrea, neumonía y sarampión, y estos tres procesos conllevan en estos niños una gran letalidad. Pero, realmente, cualquier infección es más frecuente en un niño con mal estado nutricional”, explica el especialista.

Soporte nutricional temprano

Una intervención nutricional temprana en los niños con desnutrición aumenta la posibilidad de obtener mejores resultados. “La precocidad en la restauración de un buen estado nutricional es, sin duda, un factor muy importante. Incluso, en ciertas situaciones de riesgo, el pediatra se ha de anticipar a la aparición de una desnutrición, pues la optimización del estado nutricional va a mejorar la recuperación del niño”, dice el doctor Carabaño.

En esta línea, tener en cuenta el valor que aporta cada nutriente al sistema inmunitario del paciente es fundamental en el abordaje de la desnutrición, especialmente en la desnutrición infantil. Por eso, el objetivo del tratamiento nunca debe ser la simple ganancia de peso, sino lograr un aporte adecuado de cada nutriente para un buen desarrollo.

“Siempre que sea posible, el soporte nutricional de elección será la nutrición enteral. Por razones obvias, dentro de las opciones enterales, nos decantaremos por la oral. Si esta fuera imposible, se podría recurrir a ofrecer los aportes a través de una sonda, que lleve la alimentación directamente hasta el estómago, o hasta el intestino delgado.

Cuando la alimentación no pueda llegar al aparato digestivo, se recurrirá a la llamada nutrición parenteral, que es la que se ofrece directamente a través de una vena”, concreta el especialista del Hospital 12 de Octubre.

Por último, el experto incide en que, en el colectivo infantil, los estilos de vida saludables son el factor preventivo más importante a la hora de reducir la prevalencia de enfermedades no transmisibles en un futuro, en especial, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer.

En este orden de cosas, garantizar una nutrición apropiada para cada niño, atendiendo a sus problemas y necesidades, ha de ser uno de los objetivos prioritarios de salud para cualquier población que se marque un horizonte mejor. En nuestras manos está que así sea”, ultima el doctor Carabaño.

septiembre 26/2021 (Diario Médico)

Biontech-Pfizer afirman que su vacuna es segura en niños de 5 a 11

Mié, 09/22/2021 - 04:01

La vacuna de Biontech-Pfizer demostró ser segura para niños de cinco a 11 años y brinda una respuesta inmune estable, según afirmaron recientemente las dos empresas.

Añadieron que los datos del estudio clínico estarán disponibles lo antes posible para la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) y la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) estadounidense.

«Estamos contentos de poder presentar a las autoridades de aprobación antes del comienzo de la temporada invernal los datos para el grupo de niños en edad escolar», cita un comunicado al presidente de la empresa alemana Biontech, Ugur Sahin.

A diferencia del grupo de niños de más de 12 años, a los de cinco a 11 años les fue inoculado para el estudio clínico de la fase 2-3 solo un tercio de la dosis. Las dos dosis fueron aplicadas con un intervalo de tres semanas.

«Las reacciones de anticuerpos de los participantes a quienes les fue administrada una dosis de diez microgramos fue comparable con las de aquellos de un estudio anterior de Pfizer-Biontech en personas de 16 a 25 años que recibieron una dosis de 30 microgramos», informaron las empresas.

De acuerdo al comunicado, los efectos secundarios también fueron comparables a los del grupo de personas de más edad. Se espera que los resultados de otros dos grupos de participantes de dos a cinco años así como de seis meses a dos años estén disponibles en el cuarto trimestre de 2021.

En el estudio participaron un total de 4 500 niños de 6 meses a 11 años en más de 90 clínicas de Estados Unidos, Finlandia, Polonia y España. Los datos del grupo de cinco a 11 años pertenecen a 2 268 participantes.

septiembre 20/2021 (dpa) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

Si hay una vacuna anti COVID para confiar, es la cubana

Dom, 09/19/2021 - 04:06

Si hay una vacuna anti-COVID en la que el mundo entero puede confiar es la cubana, afirmó Elia Maritza Rodríguez, cuya nieta fue inmunizada en la campaña de vacunación que continúa en Cuba.

En declaraciones a Prensa Latina, Rodríguez aseguró que la administración del fármaco nacional Soberana 02 a niños de dos a 11 años de edad que comenzó la víspera en la isla caribeña es un sueño acariciado.

«Es un sueño muy acariciado por nuestro país de que nuestros niños en edades tan tempranas se puedan vacunar y que garantizan su vida, su salud y la protección contra esa enfermedad. La familia cubana reconoce el esfuerzo de muchas personas para lograr esas vacunas», comentó.

Al acompañar la víspera a su nieta de seis años, estudiante de la escuela unificada (primaria y secundaria) Felipe Poey Aloy de esta capital, recordó que contamos con una plataforma creada hace tiempo en materia de campañas de vacunación de la población y, a su juicio, es reflejo del empeño de la Revolución para el desarrollo de la salud.

«Nosotros estamos vacunados desde que estamos en la barriga de nuestra madre. Quizás el mundo nos critique de que orgullosamente somos el primer país del mundo que está vacunando a sus niños, porque tenemos una base científica para el desarrollo de esa vacuna», enfatizó.

Ante los cuestionamientos sobre la administración de los fármacos anti-COVID en menores de 18 años, instó a esas personas a documentarse acerca de todos los beneficios que pueden aportar en ese grupo etario para protegerlos de la enfermedad, y a confiar en todo lo que hace la ciencia cubana por la salud de nuestros niños.

El pasado 3 de septiembre, el Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (Cecmed), autoridad reguladora nacional, aprobó la primera campaña de inmunización masiva anti-COVID-19 para niños de dos a 18 años,

Un día después, menores de entre 12 y 18 años recibieron la primera dosis de Soberana 02, proceso previsto hasta el 5 de noviembre.

Además del esquema de esta última más una tercera dosis de refuerzos de Soberana Plus aplicada a ese grupo etario, cuya eficacia fue de 91, 2 por ciento contra la enfermedad sintomática en su análisis fase III; los estudiantes de grado 12, tercer año de la enseñanza técnico-profesional así como del último año de formación pedagógica reciben Abdala.

Esta última, diseñada por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, fue la primera vacuna cubana y de América Latina en recibir la autorización para uso en emergencia, tras demostrar 92,28 de eficacia.

El propósito declarado por Cuba es que toda la población apta para ser vacunada contra la COVID-19 reciba al menos una dosis de cualquiera de los esquemas autorizados antes de finalizar el mes de septiembre.

septiembre 17/2021 (Prensa Latina) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

Camboya comienza a administrar la vacuna anti COVID a niños de 6 a 12 años

Dom, 09/19/2021 - 04:04

Camboya comenzó este viernes a inmunizar a niños de 6 a 12 años contra el coronavirus, aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) todavía no ha recomendado aplicar la vacuna anti-COVID a menores.

El nieto del primer ministro, Hun Sen, se halló este viernes entre los primeros que recibieron una dosis de la vacuna china Sinovac ante los periodistas en Phnom Penh.

«Es necesario que hagamos esto porque tenemos que salir adelante», declaró Hun Sen.

El país del sudeste asiático planea administrar dos dosis de Sinovac a niños de entre 6 y 12 años, así como una dosis de refuerzo más adelante.

Camboya ha vacunado a cerca del 72 % de sus 16 millones de habitantes con dos dosis, mientras que el 98 % de los adultos ha recibido su primera dosis, según el Ministerio de Sanidad.

Sinovac ha sido aprobada para su uso en adultos en más de 50 países, pero hasta ahora solo China la había autorizado en niños. Incluso, el gobierno chino comenzó a ponérselo a niños de tres años en adelante.

Según la OMS, aún no se han probado los beneficios de inmunizar a los niños menores de 12 años.

«Se necesitan más datos sobre el uso de las diferentes vacunas COVID-19 en niños para poder hacer recomendaciones generales», señaló la agencia de salud de Naciones Unidas.

septiembre 17/2021 (AFP) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

Los síntomas prolongados de COVID en los niños rara vez persisten más allá de las 12 semanas

Sáb, 09/18/2021 - 04:06

Los síntomas de COVID prolongados rara vez persisten más allá de las 12 semanas en niños y adolescentes, a diferencia de los adultos. Sin embargo, se necesitan más estudios para investigar el riesgo y el impacto de la COVID prolongada en los jóvenes para ayudar a orientar las decisiones sobre la política de vacunación, según una revisión dirigida por el Instituto de Investigación Infantil Murdoch (MCRI), en Australia.

La revisión, publicada en la revista Pediatric Infectious Disease Journal, encontró que los estudios existentes sobre la COVID prolongada en niños y adolescentes tienen importantes limitaciones y algunos no muestran una diferencia en los síntomas entre los que han sido infectados por el SARS-CoV-2 y los que no.

Estos datos llegan cuando un nuevo informe de investigación del MCRI sobre el COVID-19 afirma también que, tras 10 meses en circulación, la cepa Delta no había causado una enfermedad más grave en los niños que las variantes anteriores y que la mayoría de los casos seguían siendo asintomáticos o leves.

Sin embargo, descubrió que los niños y adolescentes con condiciones de salud preexistentes, incluyendo la obesidad, la enfermedad renal crónica, la enfermedad cardiovascular y los trastornos inmunológicos tienen un riesgo 25 veces mayor de COVID-19 grave. Una reciente revisión sistemática informó de que la COVID-19 grave se produjo en el 5,1 % de los niños y adolescentes con enfermedades preexistentes y en el 0,2 % sin ellas.

El profesor del MCRI,  Nigel Curtis explica que, aunque los niños con infección por SARS-CoV-2 solían ser asintomáticos o tener una enfermedad leve con bajas tasas de hospitalización, el riesgo y las características de la COVID larga no se conocían bien.

«Los estudios actuales carecen de una definición clara de los casos y de datos relacionados con la edad, tienen tiempos de seguimiento variables y se basan en los síntomas comunicados por los propios padres o por ellos mismos sin confirmación de laboratorio –señala–. Otro problema importante es que muchos estudios tienen bajas tasas de respuesta, lo que significa que podrían sobreestimar el riesgo de COVID prolongado».

Por su parte, la doctora Petra Zimmermann, del MCRI y de la Universidad de Friburgo, en Suiza, señala que los síntomas de la COVID-19 prolongada eran difíciles de distinguir de los atribuibles a los efectos indirectos de la pandemia, como el cierre de los colegios, no ver a los amigos o no poder hacer deporte o aficiones.

«Esto pone de relieve por qué es fundamental que los futuros estudios incluyan grupos de control más rigurosos, que incluyan a los niños con otras infecciones y a los ingresados en el hospital o en cuidados intensivos por otros motivos», añade.

La revisión dirigida por el MCRI analizó 14 estudios internacionales en los que participaron 19 426 niños y adolescentes que informaron de síntomas persistentes tras la COVID-19. Los síntomas más comunes notificados entre cuatro y 12 semanas después de la infección aguda fueron dolor de cabeza, fatiga, trastornos del sueño, dificultades de concentración y dolor abdominal.

El profesor Curtis, que también es catedrático de enfermedades infecciosas pediátricas en la Universidad de Melbourne y jefe de enfermedades infecciosas en el Royal Children’s Hospital, subraya que es tranquilizador que haya pocas pruebas de que los síntomas persistieran más de 12 semanas, lo que sugiere que la COVID prolongada podría ser menos preocupante en niños y adolescentes que en adultos.

Sin embargo, afirma que se necesitan urgentemente más estudios para fundamentar las decisiones políticas sobre las vacunas contra la COVID en niños y adolescentes.

«El bajo riesgo que supone la enfermedad aguda significa que uno de los principales beneficios de la vacunación contra la COVID en niños y adolescentes podría ser protegerlos de la COVID larga –apunta-. Una determinación precisa del riesgo de COVID larga en este grupo de edad es, por tanto, crucial en el debate sobre los riesgos y beneficios de la vacunación».

El informe del MCRI sobre la COVID-19 también confirmó las lagunas de investigación en torno al papel de la variante Delta en la enfermedad de la COVID-19 en niños y adolescentes.

El profesor Andrew Steer, copresidente del Grupo de Gobernanza de COVID-19 del MCRI, advierte de que, dado que la variante Delta es más transmisible, hace que el control de los brotes en la comunidad sea difícil si no se aplican estrategias de mitigación del riesgo.

«Se necesitan más datos para describir la carga de COVID-19 en niños y adolescentes tras la aparición de la variante Delta, altamente transmisible, y porque se ha dado prioridad a los adultos para las vacunas --apostilla–. A medida que se reducen las restricciones y aumenta la circulación de otros virus respiratorios, también debemos comprender si la coinfección con otros virus respiratorios, como el VRS o la gripe, aumenta la gravedad de la enfermedad en los jóvenes».

Pero el profesor Steer precisa que los padres deberían estar tranquilos porque la enfermedad causada por la variante Delta sigue siendo asintomática o leve en la gran mayoría de los niños y adolescentes y las hospitalizaciones siguen siendo poco frecuentes.

septiembre 17/2021 (Europa Press) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

La lactancia materna se asocia con una presión arterial más baja en la primera infancia

Sáb, 09/11/2021 - 04:06

Según un estudio de la American Heart Association, incluso un breve período de lactancia materna es beneficioso para evitar problemas cardiovasculares como la presión arterial alta.

Los bebés que fueron amamantados, aunque solo durante unos días, tenían una presión arterial más baja que los alimentados exclusivamente con leche de fórmula, según una investigación publicada recientemente en la revista de la American Heart Association.

El estudio también ha confirmado que la lactancia materna está asociada con un menor riesgo de enfermedad cardiovascular en la edad adulta. Sin embargo, la cantidad y la duración de la lactancia materna necesaria para lograr un beneficio cardiovascular no está del todo clara.

«Este es el primer estudio que evalúa la asociación de la lactancia materna en los primeros días de vida y la presión arterial en la primera infancia», ha explicado Kozeta Miliku, autora principal del estudio y doctora en Medicina, Kozeta Miliku.

Añade que los bebés que recibieron incluso una cantidad relativamente pequeña de calostro tenían una presión arterial más baja a los 3 años de edad, “independientemente de cuánto tiempo fueron amamantados o cuándo recibieron otros alimentos complementarios».

Más de 2 400 niños

Los investigadores utilizaron datos del Estudio de cohorte CHILD canadiense en curso. Se trata de un estudio de más de 3 000 niños que nacieron entre 2009 y 2012 y que se ha seguido desde entonces para comprender cómo las experiencias de la vida temprana dan forma a la salud y el desarrollo. Analizaron la información sobre alimentación infantil de casi 2 400 niños.

Entre esos niños, el 98 % fueron amamantados (un 4 % solo recibieron lactancia materna durante la estancia en el hospital). Entre los niños amamantados, el 78 % tomaron leche materna seis meses o más, y el 62 % fueron amamantados exclusivamente con lactancia materna durante tres meses.

Conclusiones

A los 3 años, los niños que nunca fueron amamantados tenían medidas de presión arterial más altas (promedio de 103/60 mm Hg), en comparación con aquellos que sí tomaron leche materna (promedio de 99/58 mm Hg).

Entre los bebés que solo recibieron lactancia materna durante su estancia en el hospital, las medidas de presión arterial también fueron más bajas (promedio de 99/57 mm Hg) en comparación con los que nunca fueron amamantados (promedio de 103/60 mm Hg).

La presión arterial entre los niños pequeños que habían sido amamantados era más baja independientemente de su índice de masa corporal a los 3 años o de los factores sociales, de salud o de estilo de vida de sus madres.

Según Meghan B. Azad, autora principal del estudio, subdirectora del Estudio de cohorte CHILD y profesora asociado de pediatría y salud infantil en la Universidad de Manitoba, los beneficios de la lactancia materna exclusiva y sostenida están bien documentados para numerosas afecciones de salud (infecciones respiratorias, enfermedades diarreicas durante la infancia y afecciones crónicas como el asma y la obesidad en etapas posteriores de la vida).

«Nuestro estudio sugiere que, para los resultados cardiovasculares como la presión arterial, un breve período de lactancia materna es beneficioso. Esto apunta al calostro como un factor clave en la configuración de los procesos de desarrollo durante el período neonatal. Por muchas razones, la lactancia materna sostenida debe apoyarse firmemente y también es importante entender que ‘cada gota cuenta’, especialmente en esos primeros días críticos de vida», concluye.

septiembre 10/2021 (Diario Médico)

El debilitamiento de las células T, posible origen del SIM por COVID-19 en niños

Sáb, 09/11/2021 - 04:03

Mediados de 2020 y primeros meses de 2021. Niños de numerosos países del mundo comienzan a presentar una afección muy similar a la enfermedad de Kawasaki que obligaba, a algunos, a ser ingresados en unidades de intensivos.

Pocos meses después, y tras el reporte, muy escaso, de fallecimientos –básicamente porque no se establecía un diagnóstico diferencial adecuado-, se confirma que el cuadro está ligado a la infección por SARS-CoV-2 y se le otorga ‘nombre y apellidos’ concretos: síndrome inflamatorio multisistémico en los niños (MIS-C).

Este cuadro, que afecta a distintos sistemas (gastrointestinal, piel y mucosas y en los casos más graves, aunque afortunadamente muy infrecuentes, afectación cardíaca en forma de miocarditis) aparece claramente después de pasar el coronavirus, en torno a las cuatro semanas posteriores a la infección aguda, momento en el que la PCR  (reacción en cadena de polimerasa), puede incluso aparecer como negativa. Ya no está activa al virus porque el síndrome es una respuesta inflamatoria del organismo, lo que podría considerarse como una secuela tardía de la COVID-19 en niños.

Incidencia anecdótica, pero preocupante

A pesar de que la Organización Mundial de la Salud (OMS), mantuvo que la incidencia de este cuadro inflamatorio multisistémico era anecdótica, solicitó a centros médicos de todo el mundo que investigarán esa conexión, “ante la hipótesis de que este ‘shock’ tóxico o enfermedad de Kawasaki pudiera estar relacionado con la COVID-19. Es por tanto urgente caracterizar este síndrome para entender sus causas y efectos», señalaba el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus.

Ante lo que calificaron como necesidad urgente de recopilar datos estandarizados que describieran las presentaciones clínicas, la gravedad, los resultados y la epidemiología de este nuevo síndrome, la OMS creó un grupo de trabajo con expertos internacionales.

Uno de ellos, el español Pablo Rojo, de la Unidad de Enfermedad Infecciosa Pediátrica del Hospital 12 de Octubre de Madrid,  destacaba a través de DM un mensaje, de tranquilidad: los casos eran escasos y se mantuvieron estables desde la primera ola de la pandemia. «Además, aunque algunos tienen que entrar en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), dos o tres días, su evolución es muy buena, igual que la del resto de afectados que no requiere asistencia intensiva”.

Los datos de los especialistas que conforman el grupo de trabajo de la OMS señalan que el SIM-C ocurre en menos de uno de cada 100 000 niños –en Estados Unidos se han notificado más de 2 600 casos desde que comenzó la pandemia-, cifras que se siguen manteniendo estables, pero que no permiten bajar la guardia en cuanto a desvelar por qué se produce este cuadro inflamatorio.

Nuevos y esclarecedores datos 

Una nueva investigación, publicada en Nature Communications, desvela ahora una importante pista sobre su origen y desarrollo: el agotamiento de las células T por exposición permanente a patógenos en los pacientes con MIS-C es uno de los posibles factores que impulsan esta enfermedad.

Este fenómeno sugiere que “un aumento tanto de las células NK (‘natural killer’ o asesinas naturales) como de las células T CD8+ agotadas podría mejorar los síntomas de la enfermedad inflamatoria, dice Noam Beckmann, del Centro de Investigación del Hospital Mount Sinaí de Nueva York (Estados Unidos)  y coautor del trabajo.

En el mismo, señalan que han encontrado nueve reguladores clave de esta red de los que se sabe que tienen asociaciones con la funcionalidad de las células NK y las células T CD8+ agotadas. “Uno de esos reguladores, TBX21, es una prometedora diana terapéutica porque sirve de coordinador maestro de la transición de las células T CD8+ de eficaces a agotadas», señala el investigador.

Aunque desde la aparición de los primeros casos de este síndrome se sugirió un factor autoinmune como causa subyacente, los genes específicos, las vías y los tipos de células concretas seguían siendo desconocidos.

A través de este nuevo trabajo de expresión génica, los investigadores han dado un paso importante, mediante secuenciación del ARN de muestras sanguíneas, al proporcionar al campo nuevas vías de exploración que implican complejas redes y subredes de genes que construyeron a partir de casos pediátricos de MIS-C.

Para Beckmann, y según han podido observar en el análisis, una de las implicaciones más significativas de estas redes de genes suponía la supresión de dos tipos de células inmunitarias: las células asesinas naturales (NK) y las células T CD8+. “Investigaciones anteriores demostraron que cuando las células T CD8+ se exponen de forma persistente a los patógenos, entran en un estado de «agotamiento», lo que provoca una pérdida de su eficacia y capacidad de proliferación”.

Se considera así que las células T CD8+, concretamente, se encuentran en este estado de agotamiento, lo que podría debilitar la respuesta inmunitaria inflamatoria. “Además, un aumento de las células NK también se asocia a las células T CD8+ agotadas”.

Este síndrome no suele afectar a lactantes o al niño muy pequeño. La edad típica de sospecha y más característica se centra en la edad escolar, entre 5 y 12 años, aproximadamente, aunque también se han notificado casos de niños de 12 meses y de 16 años, sin enfermedad de base.

Prevenir la infección 

El mensaje, según explicaba Rojo a DM, es “prevenir la infección hasta que las vacunas se generalicen”, pero si el niño se ha infectado, la primera recomendación es buscar atención pediátrica en el centro de salud.

Si la sintomatología persiste -fiebre muy alta (entre 39 o 40 grados), decaimiento sostenido, cuadro abdominal (deposiciones líquidas y vómitos) y con frecuencia exantema o conjuntivitis, entre otros, acudir directamente a la urgencia de un hospital.

septiembre 10/2021 (Diario Médico)

Aumentan trastornos alimentarios de jóvenes alemanes en la pandemia

Sáb, 09/11/2021 - 04:02

Los casos de obesidad infantil tratados en hospitales de Alemania subieron en un 60 por ciento en 2020, durante la pandemia de coronavirus, señala un estudio de la aseguradora pública de salud DAK al que tuvo acceso dpa.

El reporte añade que también se incrementaron los casos de anorexia y bulimia. Para el estudio se examinaron informes hospitalarios anonimizados de casi 800 000 niños y adolescentes de hasta 17 años asegurados por DAK.

«Los datos sobre las enfermedades muestran las alarmantes consecuencias de la pandemia para la salud de los niños y adolescentes», comentó en un comunicado Andreas Storm, director general de la aseguradora.

El número de pacientes jóvenes con sobrepeso aumentó considerablemente tras un descenso registrado durante el confinamiento en la primavera europea de 2020.

La cifra de niños y adolescentes con insuficiencia ponderal grave, es decir que tenían un peso muy por debajo del considerado saludable, aumentó un 35 por ciento el año pasado.

Los trastornos alimentarios tratados en régimen de internamiento, como la bulimia y la anorexia, se incrementaron significativamente mientras duraron las restricciones, con un aumento interanual del diez por ciento.

En general, un número ligeramente mayor de niños y adolescentes con un diagnóstico de diabetes tipo 1 fueron tratados como pacientes hospitalizados.

Por el contrario, los casos de enfermedades infecciosas se redujeron considerablemente gracias a las restricciones de contacto y las medidas de higiene. Por ejemplo, los tratamientos hospitalarios por infecciones intestinales virales bajaron en un 80 por ciento.

Storm reclamó que el nuevo gobierno que surja de las próximas elecciones en Alemania forme una comisión para ocuparse del tema. «La política y la ciencia deben analizar los efectos de la pandemia de coronavirus y desarrollar conceptos a largo plazo», recalcó.

septiembre 09/2021 (dpa) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

El sobrepeso y la obesidad pueden afectar a la respuesta de los niños asmáticos a los esteroides inhalados

Jue, 09/09/2021 - 04:06

Los niños asmáticos tienen menos probabilidades de responder a la medicación con esteroides inhalados si tienen sobrepeso u obesidad, lo que provoca ataques de asma más frecuentes, según una investigación presentada en el Congreso Internacional de la Sociedad Respiratoria Europea.

El estudio internacional es el primero que utiliza información sobre variantes genéticas relacionadas con el índice de masa corporal (IMC) para investigar si una mala respuesta a los corticosteroides inhalados (CSI) se debe al exceso de peso o a otros factores, como vivir en barrios con mala calidad del aire o estar expuesto al humo del tabaco.

La doctora Cristina Longo, que era becaria postdoctoral en el Centro Médico de la Universidad de Ámsterdam (Países Bajos) cuando llevó a cabo la investigación, y que ahora es profesora adjunta en la Universidad de Montreal (Quebec, Canadá), señala que «sabemos que los niños con asma, cuyos síntomas están mal controlados, tienden a ganar peso. Esto se debe posiblemente a que hacen menos ejercicio. Los niños asmáticos con sobrepeso u obesidad son más propensos a tener peores síntomas a pesar de estar bajo el tratamiento recomendado de corticoides inhalados, lo que hace que no solo sea un reto conseguir un peso saludable, sino también mejorar su calidad de vida».

«Las directrices de tratamiento recomiendan los corticoides para los niños con asma que tienen un IMC superior al normal. Nuestro grupo de investigación consideró que el enfoque de talla única para tratar a los niños con asma con esteroides inhalados como tratamiento de primera línea, en particular a los que tienen exceso de peso, merece una revisión», añade.

Por ello, subraya que, «como mínimo, debe fomentarse y priorizarse la investigación que identifique posibles tratamientos alternativos, especialmente porque el 30 % de los niños con asma también son obesos. Con el aumento de la epidemia de obesidad infantil, esperamos que este porcentaje aumente, lo que significa que este problema de mal control se verá con más frecuencia en la práctica clínica habitual».

La doctora Longo y sus colegas utilizaron los datos de 1 511 niños con asma, de entre dos y 16 años, procedentes de cinco estudios. Todos los niños utilizaban CSI y una respuesta deficiente se definió como uno o más ataques de asma que requerían atención médica urgente y/o un curso de corticosteroides orales.

Los investigadores obtuvieron información sobre la edad y el sexo del niño, el diagnóstico de asma, las características del asma (por ejemplo, la medicación y las exacerbaciones recientes), el IMC, las alergias, la exposición a desencadenantes ambientales nocivos como el tabaquismo y las variantes genéticas vinculadas al estado del IMC que se identificaron a partir del ADN extraído de muestras de sangre, saliva o hisopos nasales. Desarrollaron una «puntuación de riesgo», en la que cuantas más variantes genéticas relacionadas con el IMC tuviera un niño, mayor sería su puntuación.

Utilizaron la puntuación de riesgo genético para predecir los aumentos y disminuciones de las puntuaciones z del IMC de los niños. La puntuación z del IMC calcula en qué medida y en qué dirección se desvía el IMC de cada niño del valor medio «normal» para un niño de la misma edad y sexo que crece a un ritmo saludable.

Una puntuación z del IMC superior a 1 sugiere que el niño corre el riesgo de tener sobrepeso, una puntuación superior a 2 sugiere que el niño tiene sobrepeso y una puntuación superior a 3 sugiere que el niño es obeso.

La doctora utilizó las puntuaciones z del IMC previstas para evaluar las diferencias entre los niños en cuanto a su respuesta a los CSI, un enfoque conocido como «aleatorización mendeliana». Si había más ataques de asma en los niños con una puntuación z de IMC alta (es decir, tenían más variantes genéticas relacionadas con la susceptibilidad a una puntuación z de IMC más alta y tenían sobrepeso u obesidad) que en los niños con una puntuación z de IMC baja, significaba que lo más probable era que esto se debiera a su IMC y no a otros factores externos o ambientales.

«En los 1 511 niños con asma que tomaban CSI, la puntuación z media del IMC era de 0,69 y 318 (21 %) eran obesos. Aunque la respuesta deficiente a los CSI osciló entre el 20 % y el 80 % entre los cinco estudios internacionales, mostramos de forma consistente que la proporción de niños con respuesta deficiente a los CSI se duplicó con cada aumento de una unidad en la puntuación z del IMC», señala.

«Estos resultados sugieren que los médicos deben adoptar un enfoque más personalizado para tratar a los niños con sobrepeso y obesidad, prosigue. Los pediatras y los especialistas en asma deben ser conscientes de que los niños con mayor IMC podrían estar tomando CSI sin ningún beneficio. Sin embargo, queda por investigar si los tratamientos alternativos, como los biológicos, son más eficaces en este subgrupo de niños».

«Para los niños y sus padres, nuestros resultados arrojan luz sobre las razones por las que algunos niños pueden no estar respondiendo a su inhalador de esteroides como se esperaba, especialmente si están teniendo ataques de asma más frecuentes de lo esperado después de comenzar esta terapia , asegura. Nuestros resultados también podrían ser el catalizador que los padres y sus hijos necesitan para modificar su dieta y aumentar el ejercicio. Esto podría mejorar el estado del IMC del niño y su respuesta a los esteroides inhalados».

En una presentación relacionada con la reunión, la doctora Longo investigó si las variantes genéticas que anteriormente se habían asociado a una mala respuesta a los CSI eran más comunes en los niños asmáticos obesos que en los no obesos.

«Descubrimos que una variante concreta del gen NEGR1 era significativamente más frecuente en los niños obesos que en los no obesos. Esta variante se ha implicado en la disfunción de una hormona llamada leptina que regula la sensación de hambre. Esto podría sugerir que la disfunción de la leptina podría ser un posible culpable de la mala respuesta a los CSI en los niños con asma relacionada con la obesidad», apunta.

Chris Brightling, presidente del Consejo Científico de la Sociedad Respiratoria Europea y profesor de Medicina Respiratoria en la Universidad de Leicester (Reino Unido), que no participó en la investigación, dice que «se trata de una investigación muy buena y fascinante, con resultados importantes y novedosos».

«Arroja luz sobre la compleja interacción entre los genes, el peso y la respuesta a los corticosteroides inhalados, y subraya la necesidad de combinar los tratamientos farmacológicos con modificaciones del estilo de vida y la dieta, resalta. Los responsables políticos, los profesionales sanitarios y las familias deben hacer mucho más para atajar la creciente epidemia de obesidad entre los jóvenes».

septiembre 08/2021 (Europa Press) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

Al menos 129 muertos por brote de meningitis en República Democrática del Congo

Jue, 09/09/2021 - 04:03

La oficina de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en África informó el miércoles que se declaró un brote de meningitis en el noreste de la República Democrática del Congo, donde se han registrado 129 muertes.

Las autoridades de República Democrática del Congo han declarado oficialmente un brote de meningitis en la provincia de Tshopo, en la zona noreste del país, después de detectar 261 casos sospechosos y de que al menos 129 personas hayan perdido la vida, casi la mitad del total de enfermos.

Las pruebas realizadas en el Instituto Pasteur han detectado en las muestras analizadas la bacteria Neisseria meningitidis, una de las más frecuentes en este tipo de grandes brotes, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya ha enviado un primer equipo de ayuda para responder a la emergencia, por ahora en la zona de Banalia, la más afectada, y en Kisangani, la capital provincial.

La directora de la OMS para África, Matshidiso Moeti, ha recordado que «la meningitis es una infección seria y un gran reto de salud pública», por lo que es necesario «moverse rápido» para intentar contener el brote lo antes posible. Más de cien pacientes reciben tratamiento en sus domicilios o en centros médicos de Banalia.

La meningitis, transmitida por las vías respiratorias, afecta principalmente a bebés, niños y jóvenes. En 2016, más de 1,6 millones de personas de entre uno y 29 años fueron vacunadas en una campaña masiva llevada a cabo en Tshopo, que se encuentra dentro de un cinturón que se extiende por 26 países y que es especialmente proclive a este tipo de brotes.

Kisangani ya sufrió en 2009 otro brote, aunque entonces se confirmaron 214 enfermos y 15 fallecidos, lo que implica una tasa de mortalidad considerablemente inferior a la registrada ahora.

septiembre 08/2021 (Europa Press) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

ONG alertan de que entre 10 y 20 millones de niños podrían no volver a clase este curso por la COVID-19

Mar, 09/07/2021 - 04:01

Organizaciones de infancia alertan de que entre 10 y 20 millones de niños podrían no regresar a la escuela este curso por la crisis económica derivada de la COVID-19.

Save the Children advierte en un nuevo informe, ‘Build Forward Better’, de que la educación de cientos de millones de niños en una cuarta parte de los países del mundo corre un riesgo alto de colapso.

Por otro lado, el nuevo informe de la organización, ‘Build Forward Better’, señala que factores como el cambio climático, la falta de vacunas frente a la COVID-19, los desplazamientos, los ataques violentos contra las escuelas y la falta de conectividad digital están poniendo en peligro el acceso a la educación de la infancia más vulnerable en 48 países.

Save the Children recuerda que a esta grave situación se deben sumar los 258 millones de niños en todo el mundo que ya estaban fuera de la escuela antes de la pandemia. La organización pide a los líderes políticos que deben aprender de la crisis educativa de la COVID-19, que ha interrumpido la escolarización de más del 90 por ciento de los alumnos del mundo, y adaptar los sistemas educativos para garantizar que los niños que viven en los países con menos recursos no vean peligrar su derecho a la educación.

Según el nuevo análisis de Save the Children, la República Democrática del Congo, Nigeria, Somalia, Afganistán, Sudán del Sur, Sudán, Malí y Libia tienen sistemas educativos que se encuentran en «riesgo extremo» de colapso, seguidos de cerca de Siria y Yemen.

Esta ONG cifra en entre 10 y 16 millones de niños los que corren el riesgo de no regresar a la escuela debido únicamente a los impactos económicos de la COVID-19. Por otro lado, la crisis climática agrava el ya de por sí enorme riesgo, al resultar las escuelas dañadas o destruidas por fenómenos meteorológicos extremos, y es probable que un número cada vez mayor de niños tengan que huir de sus hogares, dejando atrás su educación.

Los nuevos datos de Save the Children siguen una investigación reciente de la organización que encontró que, en promedio, los niños de los países de bajos ingresos han perdido un 66 por ciento más de sus días escolares durante la pandemia, en comparación con sus compañeros de otros países más ricos.

«Casi la mitad de los 75 millones de niños y niñas que interrumpen cada año su educación lo hacen por amenazas climáticas como ciclones, inundaciones y sequías. A todo ello, se suma la pandemia y los horribles ataques contra las escuelas en países como Nigeria y Yemen. Necesitamos construir hacia adelante y de manera diferente, utilizando todo esto como una oportunidad para el cambio positivo», concluye Inger Ashing, directora ejecutiva de Save the Children Internacional.

Por su parte, Plan International denuncia que, en países de rentas bajas, con menos de un 2 por ciento de la población vacunada y con una grave crisis económica, si no se toman medidas la crisis global generada por la COVID-19 podría hacer que 20 millones de niñas no regresen a clase este curso.

«En este escenario, es imprescindible aumentar esfuerzos y habilitar recursos para que ninguna se quede atrás, pero también es fundamental invertir en las habilidades digitales de las adolescentes más vulnerables. Acabar con la brecha digital en un mundo aún más digital después de la pandemia, debe estar en la agenda política y social», señala Concha López, directora general de Plan International España.

Tal y como expone la ONG, ya antes de la pandemia 132 millones de niñas no iban al colegio y este año enfrentan las secuelas de un año difícil para su educación. Un informe de Plan International realizado a través de testimonios de 1 900 adolescentes, padres y profesores de Guatemala, Honduras, Kenia, Nepal y Sudán revela la dificultad de niñas y adolescentes para mantenerse en la educación durante este año de pandemia.

Una media del 46 por ciento de las adolescentes aseguró no haber podido estar en contacto con la clase, una cifra que en Sudán asciende al 84 por ciento. Por su parte, el 77 por ciento de los profesores dijeron no haber podido trabajar online por la falta de aparatos de conexión o acceso a Internet de sus estudiantes. El 41 por ciento de las adolescentes aseguró no haber tenido tiempo para las clases por tener que atender en la casa o trabajar para apoyar económicamente a las familias.

Además, las adolescentes se sienten especialmente inseguras en su retorno a las clases: el 63 por ciento asegura no haber aprendido tanto como estudiando presencialmente.

Según Plan International, no solo se trata de la COVID-19. Los conflictos armados conjuntamente con la crisis climática y la económica están provocando un aumento global del hambre, y las mujeres y las niñas representan el 70 por ciento. Además, cuando las familias sufren económicamente, son ellas las primeras en verse obligadas a dejar los estudios.

En este sentido, las niñas sin educación tienen tres veces más posibilidades de ser casadas o acabar unidas a un hombre mayor que ellas antes de los 18 años que aquellas que terminan la secundaria. «Si se alejan ahora de la educación, muchas nunca volverán a la escuela, lo que supone el fin de su educación y la pérdida de su potencial», advierte la ONG, que alerta de que, como consecuencia de la crisis, se estima que pueda haber 13 millones más de matrimonios infantiles en los próximos 10 años.

septiembre 06/2021 (Europa Press) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

Los profesores tendrían que ser prioritarios para la vacuna anti COVID (OMS)

Vie, 09/03/2021 - 04:04

Los profesores y el personal escolar deberían estar entre los grupos prioritarios de la vacunación contra la COVID-19 para que las escuelas de Europa y Asia central puedan permanecer abiertas, dijeron este lunes la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unicef.

Las medidas para asegurar que las escuelas estén abiertas durante la pandemia «incluyen ofrecer a los profesores y otro personal escolar la vacuna anti COVID, como parte de los grupos objetivo en los planes nacionales de vacunación», indicaron las agencias de la ONU en un comunicado.

La recomendación, que había sido formulada en noviembre de 2020 por un grupo de expertos de la OMS antes de la salida de las vacunas, deberá hacerse «asegurando la vacunación de las poblaciones vulnerables», agrega el comunicado.

Al reabrir las escuelas después de las vacaciones del verano boreal, las agencias indicaron que es «vital que el aprendizaje en las aulas continúe sin interrupción», pese a la propagación de la contagiosa variante delta del virus.

«Esto es de primordial importancia para la educación de los niños, su salud mental y habilidades sociales, para que las escuelas ayuden a darle a los niños los medios para ser miembros felices y productivos de la sociedad», dijo en el comunicado el director de la OMS para Europa, Hans Kluge.

«La pandemia ha causado la perturbación más catastrófica en la historia de la educación», comentó.

Las agencias urgieron a los países vacunar a los niños mayores de 12 años que tienen condiciones médicas que los hacen más vulnerables a un contagio severo de COVID-19.

También destacó la importancia de tomar medidas para mejorar el entorno escolar durante la pandemia, como una mejor ventilación, menos alumnos por aula, distanciamiento social y pruebas de COVID frecuentes para niños y personal.

septiembre 01/2021 (AFP) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

Los australianos de entre 12 y 15 años podrán inmunizarse con la vacuna anti COVID Pfizer

Dom, 08/29/2021 - 04:02

Los niños, niñas y adolescentes australianos de entre 12 y 15 años podrán vacunarse con el fármaco anti COVID Pfizer desde septiembre, anunció la oficina del primer ministro de Australia, Scott Morrison.

«A partir del próximo 13 de septiembre, los niños y niñas de entre 12 y 15 años podrán reservar dosis de la vacuna contra la COVID-19 Pfizer, tras la decisión del Gobierno de Morrison de implementar sugerencias de especialistas médicos», dice el comunicado.

La nota precisa que las recomendaciones médicas provienen del Grupo Asesor Técnico Australiano sobre Inmunización (Atagi, por sus siglas en inglés), que estudió detenidamente toda la evidencia médica sobre la vacuna y se expresó a favor de la vacunación de niños, niñas y adolescentes mayores de 12 años con este fármaco.

«El primer ministro, Scott Morrison, dijo que la vacuna Moderna también estará sujeta a la aprobación por parte de la Administración de Productos Terapéuticos (TGA) y a las recomendaciones de Atagi para los jóvenes de entre 12 y 18 años», señala la nota.

Se prevé que este grupo demográfico obtenga acceso a la vacuna a lo largo de 2021.

El último balance del coronavirus en Australia ha superado los 48 800 casos en lo que va de la pandemia, incluidos unos 14 800 activos –la cifra que casi se ha duplicado desde la semana pasada– y más de 990 casos mortales, según los datos del Ministerio de Salud.

agosto 26/2021 (Sputnik) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

Misteriosa enfermedad surge en estado indio de Uttar Pradesh

Mié, 08/25/2021 - 04:06

Una misteriosa enfermedad azota algunas aldeas del norteño estado indio de Uttar Pradesh, con seis muertos hasta el momento, entre ellos cinco niños.

La causa de la muerte aún no está clara, dijeron las autoridades, añadiendo que existe la posibilidad de que sea dengue, indicó la agencia Indo-Asian News Service.

Cerca de 80 personas fueron admitidas en varios hospitales en las localidades de Mathura, Agra y también en Bharatpur, del estado de Rajasthan, con la misma enfermedad aún por identificar.

Según los funcionarios del Departamento de Salud, dos niños de nueve y seis años fallecieron en el hospital recientemente, tras ser ingresados con fiebre alta. Otros menores perecieron antes tras presentar síntomas similares.

La doctora Rachna Gupta, jefa de los servicios médicos, dijo que un equipo de galenos visitó el pueblo y tomó muestras para el diagnóstico de paludismo, dengue y COVID-19 de los pacientes ingresados y sus familiares.

La causa de las defunciones aún no está clara, dijeron las autoridades, y agregaron que existe la posibilidad del dengue, pues las plaquetas sanguíneas eran bajas junto con la fiebre.

Las autoridades rociaron con insecticidas el pueblo y se pidió a los aldeanos presentarse inmediatamente en el hospital si sienten fiebre u otro síntoma.

agosto 24/2021 (Prensa Latina) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

Los bebés transmiten más COVID que los adolescentes dentro de casa

Lun, 08/23/2021 - 04:04

Tienen menos probabilidades de infectarse que los adolescentes, pero cuando ocurre, es más probable que contagien a sus convivientes.

Al inicio de la pandemia, a los niños se les llegó a considerar ‘supercontagiadores’. Un bulo que ha ido aminorando a medida que se han publicado estudios con resultados que lo contradecían hasta el punto de señalar que incluso eran menos contagiosos que los adultos.

Ahora, una nueva investigación afirma que los más pequeños, especialmente hasta los tres años de edad, transmiten con mayor facilidad que los adolescentes en el interior de sus hogares.

Lejos de volver a poner a los menores en el ojo del huracán, los autores de este trabajo aclaran que sus conclusiones no vienen a resolver el debate sobre si los niños infectados son tan contagiosos como el resto de la población y tampoco sugieren que estén impulsando la pandemia. Simplemente, ponen sobre la mesa «el papel» que desempeña en la cadena de transmisión dentro del hogar.

Tal y como revela el artículo, publicado en la revista  JAMA Pediatrics, los bebés y los niños pequeños tienen menos probabilidades de infectarse que los adolescentes, pero cuando ocurre, es más probable que transmitan el virus a sus convivientes. El origen parece situarse en un factor de comportamiento, ya que los niños muy pequeños requieren mucha atención y no pueden ser aislados cuando están enfermos.

Para los pediatras tiene sentido. Así como los adolescentes pasan más tiempo fuera de casa, juntos y a menudo, en lugares bastante cerrados, se tocan e incluso comparten bebida, los más pequeños tienen menos interacción social fuera del hogar, tienden a estar en estrecho contacto físico con convivientes, además de llevarse las manos y otros objetos a la boca con frecuencia. Existe una suma de condiciones que facilita el contagio dentro de casa.

El nuevo estudio, que fue realizado por investigadores de Public Health Ontario, se ha desarrollado a partir de los registros de casos de COVID-19 y pruebas positivas de coronavirus en Ontario desde el 1 de junio hasta el 31 de diciembre de 2020. Los científicos detectaron todos los positivos asociados con hogares privados y después, identificaron el «caso índice» (la primera persona que desarrolló los síntomas de coronavirus o dio positivo en la prueba del virus). Tras analizar 6 280 hogares en los que la primera persona en contraer el virus era menor de 18 años, buscaron casos secundarios entre los convivientes durante las dos semanas siguientes.

Conviene señalar que en la mayoría de los casos, la cadena de transmisión se detuvo con el niño infectado, pero en el 27,3 % de los hogares, los pequeños contagiaron al menos a otro familiar.

Al cruzar datos, se observó que a pesar de que los adolescentes (entre 14 y 17 años) constituían el 38 % de los casos índice y los menores de tres años, solo el 12 %, a la hora de contagiar en casa, las probabilidades eran un 40% más altas en los pequeños.

Los autores del estudio no descartan la posibilidad de que los niños tengan niveles más elevados de virus que los adolescentes. Investigaciones anteriores mostraban que aunque los más pequeños rara vez enferman gravemente, pueden portar niveles de virus similares o incluso más altos que los de los adultos.

Lo cierto es que la dinámica de la transmisión de enfermedades no es sencilla y el papel de los niños en la propagación del virus sigue siendo incierto. Pero teniendo en cuenta que, según los datos, tienen capacidad para transmitirlo a velocidades clínicamente significativas, habrá que asegurarse de que quienes están alrededor estén vacunados para ayudar a frenar la propagación en el hogar. Y, sin duda, las precauciones, tanto en casa como en las guarderías, resultan esenciales: distanciamiento físico, buena ventilación, mascarilla y una frecuente higiene de manos.

agosto 22/2021 (Diario Médico)

Estados de India se preparan para próxima ola de COVID con foco en los niños

Sáb, 08/21/2021 - 04:05

Varios estados de la India están construyendo instalaciones con más camas pediátricas, además de oxígeno, ya que se teme que los niños que regresan a la escuela sin ser vacunados estén entre los más vulnerables durante una nueva ola de infecciones por coronavirus.

Los administradores de salud observan las tendencias en Estados Unidos, donde un número récord de niños han sido hospitalizados debido a que la variante Delta, que se encontró por primera vez en la India, se ha disparado entre las poblaciones no inoculadas.

Durante una segunda ola de infecciones en India que alcanzó su punto máximo en abril y mayo, cientos de miles de personas murieron por falta de oxígeno e instalaciones médicas, y ahora existe la preocupación de que se acumule otra tercera ola durante los meses de invierno.

«No sabemos cómo se portará el virus, pero esta vez no podemos permitirnos el lujo de no estar preparados», dijo Suhas Prabhu, que dirige el Grupo de Trabajo Pediátrico en el estado occidental de Maharashtra. «Ninguna madre debería tener que buscar una cama de hospital cuando su hijo está enfermo».

El gobierno de Maharashtra ha acumulado medicamentos y ha construido instalaciones para camas pediátricas adicionales y suministros de oxígeno en nuevos centros en Mumbai y Aurangabad.

Construidas en terrenos vacíos o en estadios remodelados, las instalaciones de Mumbai tienen un total de 1 500 camas pediátricas, la mayoría de ellas con oxígeno.

«Podemos aumentar esta capacidad para duplicarla si es necesario», dijo Suresh Kakani, un alto funcionario del organismo cívico de Mumbai.

En la vecina Gujarat, las autoridades han instalado 15 000 camas pediátricas con oxígeno, dijo el comisionado de salud Jai Prakash Shivahare.

India proporciona vacunas a personas mayores de 18 años. La mayoría de las vacunas administradas en el país son fabricadas por AstraZeneca, mientras que también se utilizan inyecciones producidas por el fabricante local Bharat Biotech.

Mientras tanto, se han abierto escuelas en al menos 11 de los 28 estados de la India después de más de un año de cierres, lo que hace temer que puedan convertirse en caldo de cultivo para la transmisión del virus.

En marzo de 2021, menos del 1 por ciento de las muertes por coronavirus en India estaban en el grupo de edad menor de 15 años, según el Ministerio de Salud. Funcionarios dicen que la gravedad de la enfermedad en ese grupo etario ha sido mínima hasta ahora.

Los epidemiólogos afirman que no hay evidencia que demuestre que la variante Delta o cualquier otra mutación afecte a los niños más que a otras partes de la población. (Reporte de Shilpa Jamkhandikar in Mumbai, reporte adicional de Neha Arora en Delhi y Sumit Khanna en Ahmedabad; Editado en español por Janisse Huambachano)

agosto 19/2021 (Reuters) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

OMS pide proteger a los sanitarios y los centros de salud en Afganistán

Vie, 08/20/2021 - 04:03

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha hecho un llamamiento a «respetar y proteger» a los civiles, los trabajadores sanitarios, los pacientes y los centros de salud en Afganistán.

«En estos momentos difíciles, el bienestar de todos los civiles, así como la seguridad de nuestro personal, en Afganistán es primordial. El acceso sostenido a la asistencia humanitaria, incluidos los servicios sanitarios esenciales y los suministros médicos, es una línea de vida crítica para millones de afganos, y no debe interrumpirse. El pueblo de Afganistán necesita hoy más que nunca apoyo y solidaridad. Los logros de los últimos 20 años no pueden retroceder», ha señalado en un comunicado el director regional de la OMS para el Mediterráneo Oriental, Ahmed Al-Mandhari.

La OMS y sus socios han realizado una evaluación inicial de las necesidades sanitarias de las poblaciones desplazadas en Afganistán y han desplegado dos equipos sanitarios móviles para prestar servicios médicos. Sin embargo, lamentan que «las intervenciones han estado suspendidas durante las últimas horas debido a la inseguridad».

«En las zonas a las que la gente ha huido en busca de seguridad y refugio, incluyendo Kabul y otras grandes ciudades, los informes de campo indican que hay un aumento de los casos de diarrea, desnutrición, presión arterial alta, síntomas similares a los de la COVID-19 y complicaciones de salud reproductiva. Los retrasos y las interrupciones en la atención sanitaria aumentarán el riesgo de brotes de enfermedades e impedirán que algunos de los grupos más vulnerables busquen atención sanitaria que les salve la vida. Hay una necesidad inmediata de garantizar la continuidad de los servicios sanitarios en todo el país, con especial atención a garantizar que las mujeres tengan acceso a personal sanitario femenino», alerta la OMS.

Como consecuencia del conflicto, indican que han aumentado las lesiones traumáticas, lo que ha hecho necesario ampliar los servicios médicos y quirúrgicos de urgencia. En julio de 2021, se recibieron unos 13 897 casos de traumatismos relacionados con el conflicto en 70 centros de salud apoyados por la OMS, en comparación con los 4 057 casos de julio de 2020.

El 17 de agosto la OMS envió al Hospital Wazir Akbar Khan de Kabul 33 unidades de diferentes módulos de botiquines de traumatología, suficientes para cubrir 500 procedimientos quirúrgicos para 500 pacientes traumatizados y 750 víctimas de quemaduras, y 10 botiquines médicos básicos suficientes para proporcionar medicamentos esenciales a 10 000 personas durante 3 meses.

Esta semana, la OMS también ha proporcionado al hospital regional de Helmand 6 botiquines básicos y un botiquín contra el cólera para apoyar el suministro de medicamentos básicos para 6 000 personas durante 3 meses y el tratamiento de 100 casos de diarrea. En la última semana, la OMS también ha donado suministros médicos a 3 socios sanitarios para mantener el trabajo crítico en sus centros de salud cubriendo las lagunas de disponibilidad.

En los últimos 3 meses, el personal sanitario de 10 hospitales de referencia ha recibido formación en la gestión de víctimas masivas. Desde enero, la OMS ha prestado apoyo en materia de atención traumatológica a 134 centros de salud de 34 provincias. Estos hospitales han notificado 20 988 casos de traumatismos en los últimos dos meses. Desde junio, la OMS ha proporcionado a 500 centros de salud kits de emergencia y suministros médicos. La OMS también está formando a los trabajadores sanitarios en el apoyo a la salud mental.

En contraste, denuncian que los ataques a la atención sanitaria «siguen siendo un gran desafío». De enero a julio de 2021, 26 centros de salud y 31 trabajadores sanitarios se vieron afectados, causando 12 muertos.

agosto 18/2021 (Europa Press) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.