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El debilitamiento de las células T, posible origen del SIM por COVID-19 en niños

Noticias - Sáb, 09/11/2021 - 04:03

Mediados de 2020 y primeros meses de 2021. Niños de numerosos países del mundo comienzan a presentar una afección muy similar a la enfermedad de Kawasaki que obligaba, a algunos, a ser ingresados en unidades de intensivos.

Pocos meses después, y tras el reporte, muy escaso, de fallecimientos –básicamente porque no se establecía un diagnóstico diferencial adecuado-, se confirma que el cuadro está ligado a la infección por SARS-CoV-2 y se le otorga ‘nombre y apellidos’ concretos: síndrome inflamatorio multisistémico en los niños (MIS-C).

Este cuadro, que afecta a distintos sistemas (gastrointestinal, piel y mucosas y en los casos más graves, aunque afortunadamente muy infrecuentes, afectación cardíaca en forma de miocarditis) aparece claramente después de pasar el coronavirus, en torno a las cuatro semanas posteriores a la infección aguda, momento en el que la PCR  (reacción en cadena de polimerasa), puede incluso aparecer como negativa. Ya no está activa al virus porque el síndrome es una respuesta inflamatoria del organismo, lo que podría considerarse como una secuela tardía de la COVID-19 en niños.

Incidencia anecdótica, pero preocupante

A pesar de que la Organización Mundial de la Salud (OMS), mantuvo que la incidencia de este cuadro inflamatorio multisistémico era anecdótica, solicitó a centros médicos de todo el mundo que investigarán esa conexión, “ante la hipótesis de que este ‘shock’ tóxico o enfermedad de Kawasaki pudiera estar relacionado con la COVID-19. Es por tanto urgente caracterizar este síndrome para entender sus causas y efectos», señalaba el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus.

Ante lo que calificaron como necesidad urgente de recopilar datos estandarizados que describieran las presentaciones clínicas, la gravedad, los resultados y la epidemiología de este nuevo síndrome, la OMS creó un grupo de trabajo con expertos internacionales.

Uno de ellos, el español Pablo Rojo, de la Unidad de Enfermedad Infecciosa Pediátrica del Hospital 12 de Octubre de Madrid,  destacaba a través de DM un mensaje, de tranquilidad: los casos eran escasos y se mantuvieron estables desde la primera ola de la pandemia. «Además, aunque algunos tienen que entrar en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), dos o tres días, su evolución es muy buena, igual que la del resto de afectados que no requiere asistencia intensiva”.

Los datos de los especialistas que conforman el grupo de trabajo de la OMS señalan que el SIM-C ocurre en menos de uno de cada 100 000 niños –en Estados Unidos se han notificado más de 2 600 casos desde que comenzó la pandemia-, cifras que se siguen manteniendo estables, pero que no permiten bajar la guardia en cuanto a desvelar por qué se produce este cuadro inflamatorio.

Nuevos y esclarecedores datos 

Una nueva investigación, publicada en Nature Communications, desvela ahora una importante pista sobre su origen y desarrollo: el agotamiento de las células T por exposición permanente a patógenos en los pacientes con MIS-C es uno de los posibles factores que impulsan esta enfermedad.

Este fenómeno sugiere que “un aumento tanto de las células NK (‘natural killer’ o asesinas naturales) como de las células T CD8+ agotadas podría mejorar los síntomas de la enfermedad inflamatoria, dice Noam Beckmann, del Centro de Investigación del Hospital Mount Sinaí de Nueva York (Estados Unidos)  y coautor del trabajo.

En el mismo, señalan que han encontrado nueve reguladores clave de esta red de los que se sabe que tienen asociaciones con la funcionalidad de las células NK y las células T CD8+ agotadas. “Uno de esos reguladores, TBX21, es una prometedora diana terapéutica porque sirve de coordinador maestro de la transición de las células T CD8+ de eficaces a agotadas», señala el investigador.

Aunque desde la aparición de los primeros casos de este síndrome se sugirió un factor autoinmune como causa subyacente, los genes específicos, las vías y los tipos de células concretas seguían siendo desconocidos.

A través de este nuevo trabajo de expresión génica, los investigadores han dado un paso importante, mediante secuenciación del ARN de muestras sanguíneas, al proporcionar al campo nuevas vías de exploración que implican complejas redes y subredes de genes que construyeron a partir de casos pediátricos de MIS-C.

Para Beckmann, y según han podido observar en el análisis, una de las implicaciones más significativas de estas redes de genes suponía la supresión de dos tipos de células inmunitarias: las células asesinas naturales (NK) y las células T CD8+. “Investigaciones anteriores demostraron que cuando las células T CD8+ se exponen de forma persistente a los patógenos, entran en un estado de «agotamiento», lo que provoca una pérdida de su eficacia y capacidad de proliferación”.

Se considera así que las células T CD8+, concretamente, se encuentran en este estado de agotamiento, lo que podría debilitar la respuesta inmunitaria inflamatoria. “Además, un aumento de las células NK también se asocia a las células T CD8+ agotadas”.

Este síndrome no suele afectar a lactantes o al niño muy pequeño. La edad típica de sospecha y más característica se centra en la edad escolar, entre 5 y 12 años, aproximadamente, aunque también se han notificado casos de niños de 12 meses y de 16 años, sin enfermedad de base.

Prevenir la infección 

El mensaje, según explicaba Rojo a DM, es “prevenir la infección hasta que las vacunas se generalicen”, pero si el niño se ha infectado, la primera recomendación es buscar atención pediátrica en el centro de salud.

Si la sintomatología persiste -fiebre muy alta (entre 39 o 40 grados), decaimiento sostenido, cuadro abdominal (deposiciones líquidas y vómitos) y con frecuencia exantema o conjuntivitis, entre otros, acudir directamente a la urgencia de un hospital.

septiembre 10/2021 (Diario Médico)

Aumentan trastornos alimentarios de jóvenes alemanes en la pandemia

Noticias - Sáb, 09/11/2021 - 04:02

Los casos de obesidad infantil tratados en hospitales de Alemania subieron en un 60 por ciento en 2020, durante la pandemia de coronavirus, señala un estudio de la aseguradora pública de salud DAK al que tuvo acceso dpa.

El reporte añade que también se incrementaron los casos de anorexia y bulimia. Para el estudio se examinaron informes hospitalarios anonimizados de casi 800 000 niños y adolescentes de hasta 17 años asegurados por DAK.

«Los datos sobre las enfermedades muestran las alarmantes consecuencias de la pandemia para la salud de los niños y adolescentes», comentó en un comunicado Andreas Storm, director general de la aseguradora.

El número de pacientes jóvenes con sobrepeso aumentó considerablemente tras un descenso registrado durante el confinamiento en la primavera europea de 2020.

La cifra de niños y adolescentes con insuficiencia ponderal grave, es decir que tenían un peso muy por debajo del considerado saludable, aumentó un 35 por ciento el año pasado.

Los trastornos alimentarios tratados en régimen de internamiento, como la bulimia y la anorexia, se incrementaron significativamente mientras duraron las restricciones, con un aumento interanual del diez por ciento.

En general, un número ligeramente mayor de niños y adolescentes con un diagnóstico de diabetes tipo 1 fueron tratados como pacientes hospitalizados.

Por el contrario, los casos de enfermedades infecciosas se redujeron considerablemente gracias a las restricciones de contacto y las medidas de higiene. Por ejemplo, los tratamientos hospitalarios por infecciones intestinales virales bajaron en un 80 por ciento.

Storm reclamó que el nuevo gobierno que surja de las próximas elecciones en Alemania forme una comisión para ocuparse del tema. «La política y la ciencia deben analizar los efectos de la pandemia de coronavirus y desarrollar conceptos a largo plazo», recalcó.

septiembre 09/2021 (dpa) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

El sobrepeso y la obesidad pueden afectar a la respuesta de los niños asmáticos a los esteroides inhalados

Noticias - Jue, 09/09/2021 - 04:06

Los niños asmáticos tienen menos probabilidades de responder a la medicación con esteroides inhalados si tienen sobrepeso u obesidad, lo que provoca ataques de asma más frecuentes, según una investigación presentada en el Congreso Internacional de la Sociedad Respiratoria Europea.

El estudio internacional es el primero que utiliza información sobre variantes genéticas relacionadas con el índice de masa corporal (IMC) para investigar si una mala respuesta a los corticosteroides inhalados (CSI) se debe al exceso de peso o a otros factores, como vivir en barrios con mala calidad del aire o estar expuesto al humo del tabaco.

La doctora Cristina Longo, que era becaria postdoctoral en el Centro Médico de la Universidad de Ámsterdam (Países Bajos) cuando llevó a cabo la investigación, y que ahora es profesora adjunta en la Universidad de Montreal (Quebec, Canadá), señala que «sabemos que los niños con asma, cuyos síntomas están mal controlados, tienden a ganar peso. Esto se debe posiblemente a que hacen menos ejercicio. Los niños asmáticos con sobrepeso u obesidad son más propensos a tener peores síntomas a pesar de estar bajo el tratamiento recomendado de corticoides inhalados, lo que hace que no solo sea un reto conseguir un peso saludable, sino también mejorar su calidad de vida».

«Las directrices de tratamiento recomiendan los corticoides para los niños con asma que tienen un IMC superior al normal. Nuestro grupo de investigación consideró que el enfoque de talla única para tratar a los niños con asma con esteroides inhalados como tratamiento de primera línea, en particular a los que tienen exceso de peso, merece una revisión», añade.

Por ello, subraya que, «como mínimo, debe fomentarse y priorizarse la investigación que identifique posibles tratamientos alternativos, especialmente porque el 30 % de los niños con asma también son obesos. Con el aumento de la epidemia de obesidad infantil, esperamos que este porcentaje aumente, lo que significa que este problema de mal control se verá con más frecuencia en la práctica clínica habitual».

La doctora Longo y sus colegas utilizaron los datos de 1 511 niños con asma, de entre dos y 16 años, procedentes de cinco estudios. Todos los niños utilizaban CSI y una respuesta deficiente se definió como uno o más ataques de asma que requerían atención médica urgente y/o un curso de corticosteroides orales.

Los investigadores obtuvieron información sobre la edad y el sexo del niño, el diagnóstico de asma, las características del asma (por ejemplo, la medicación y las exacerbaciones recientes), el IMC, las alergias, la exposición a desencadenantes ambientales nocivos como el tabaquismo y las variantes genéticas vinculadas al estado del IMC que se identificaron a partir del ADN extraído de muestras de sangre, saliva o hisopos nasales. Desarrollaron una «puntuación de riesgo», en la que cuantas más variantes genéticas relacionadas con el IMC tuviera un niño, mayor sería su puntuación.

Utilizaron la puntuación de riesgo genético para predecir los aumentos y disminuciones de las puntuaciones z del IMC de los niños. La puntuación z del IMC calcula en qué medida y en qué dirección se desvía el IMC de cada niño del valor medio «normal» para un niño de la misma edad y sexo que crece a un ritmo saludable.

Una puntuación z del IMC superior a 1 sugiere que el niño corre el riesgo de tener sobrepeso, una puntuación superior a 2 sugiere que el niño tiene sobrepeso y una puntuación superior a 3 sugiere que el niño es obeso.

La doctora utilizó las puntuaciones z del IMC previstas para evaluar las diferencias entre los niños en cuanto a su respuesta a los CSI, un enfoque conocido como «aleatorización mendeliana». Si había más ataques de asma en los niños con una puntuación z de IMC alta (es decir, tenían más variantes genéticas relacionadas con la susceptibilidad a una puntuación z de IMC más alta y tenían sobrepeso u obesidad) que en los niños con una puntuación z de IMC baja, significaba que lo más probable era que esto se debiera a su IMC y no a otros factores externos o ambientales.

«En los 1 511 niños con asma que tomaban CSI, la puntuación z media del IMC era de 0,69 y 318 (21 %) eran obesos. Aunque la respuesta deficiente a los CSI osciló entre el 20 % y el 80 % entre los cinco estudios internacionales, mostramos de forma consistente que la proporción de niños con respuesta deficiente a los CSI se duplicó con cada aumento de una unidad en la puntuación z del IMC», señala.

«Estos resultados sugieren que los médicos deben adoptar un enfoque más personalizado para tratar a los niños con sobrepeso y obesidad, prosigue. Los pediatras y los especialistas en asma deben ser conscientes de que los niños con mayor IMC podrían estar tomando CSI sin ningún beneficio. Sin embargo, queda por investigar si los tratamientos alternativos, como los biológicos, son más eficaces en este subgrupo de niños».

«Para los niños y sus padres, nuestros resultados arrojan luz sobre las razones por las que algunos niños pueden no estar respondiendo a su inhalador de esteroides como se esperaba, especialmente si están teniendo ataques de asma más frecuentes de lo esperado después de comenzar esta terapia , asegura. Nuestros resultados también podrían ser el catalizador que los padres y sus hijos necesitan para modificar su dieta y aumentar el ejercicio. Esto podría mejorar el estado del IMC del niño y su respuesta a los esteroides inhalados».

En una presentación relacionada con la reunión, la doctora Longo investigó si las variantes genéticas que anteriormente se habían asociado a una mala respuesta a los CSI eran más comunes en los niños asmáticos obesos que en los no obesos.

«Descubrimos que una variante concreta del gen NEGR1 era significativamente más frecuente en los niños obesos que en los no obesos. Esta variante se ha implicado en la disfunción de una hormona llamada leptina que regula la sensación de hambre. Esto podría sugerir que la disfunción de la leptina podría ser un posible culpable de la mala respuesta a los CSI en los niños con asma relacionada con la obesidad», apunta.

Chris Brightling, presidente del Consejo Científico de la Sociedad Respiratoria Europea y profesor de Medicina Respiratoria en la Universidad de Leicester (Reino Unido), que no participó en la investigación, dice que «se trata de una investigación muy buena y fascinante, con resultados importantes y novedosos».

«Arroja luz sobre la compleja interacción entre los genes, el peso y la respuesta a los corticosteroides inhalados, y subraya la necesidad de combinar los tratamientos farmacológicos con modificaciones del estilo de vida y la dieta, resalta. Los responsables políticos, los profesionales sanitarios y las familias deben hacer mucho más para atajar la creciente epidemia de obesidad entre los jóvenes».

septiembre 08/2021 (Europa Press) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

Al menos 129 muertos por brote de meningitis en República Democrática del Congo

Noticias - Jue, 09/09/2021 - 04:03

La oficina de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en África informó el miércoles que se declaró un brote de meningitis en el noreste de la República Democrática del Congo, donde se han registrado 129 muertes.

Las autoridades de República Democrática del Congo han declarado oficialmente un brote de meningitis en la provincia de Tshopo, en la zona noreste del país, después de detectar 261 casos sospechosos y de que al menos 129 personas hayan perdido la vida, casi la mitad del total de enfermos.

Las pruebas realizadas en el Instituto Pasteur han detectado en las muestras analizadas la bacteria Neisseria meningitidis, una de las más frecuentes en este tipo de grandes brotes, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya ha enviado un primer equipo de ayuda para responder a la emergencia, por ahora en la zona de Banalia, la más afectada, y en Kisangani, la capital provincial.

La directora de la OMS para África, Matshidiso Moeti, ha recordado que «la meningitis es una infección seria y un gran reto de salud pública», por lo que es necesario «moverse rápido» para intentar contener el brote lo antes posible. Más de cien pacientes reciben tratamiento en sus domicilios o en centros médicos de Banalia.

La meningitis, transmitida por las vías respiratorias, afecta principalmente a bebés, niños y jóvenes. En 2016, más de 1,6 millones de personas de entre uno y 29 años fueron vacunadas en una campaña masiva llevada a cabo en Tshopo, que se encuentra dentro de un cinturón que se extiende por 26 países y que es especialmente proclive a este tipo de brotes.

Kisangani ya sufrió en 2009 otro brote, aunque entonces se confirmaron 214 enfermos y 15 fallecidos, lo que implica una tasa de mortalidad considerablemente inferior a la registrada ahora.

septiembre 08/2021 (Europa Press) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

ONG alertan de que entre 10 y 20 millones de niños podrían no volver a clase este curso por la COVID-19

Noticias - Mar, 09/07/2021 - 04:01

Organizaciones de infancia alertan de que entre 10 y 20 millones de niños podrían no regresar a la escuela este curso por la crisis económica derivada de la COVID-19.

Save the Children advierte en un nuevo informe, ‘Build Forward Better’, de que la educación de cientos de millones de niños en una cuarta parte de los países del mundo corre un riesgo alto de colapso.

Por otro lado, el nuevo informe de la organización, ‘Build Forward Better’, señala que factores como el cambio climático, la falta de vacunas frente a la COVID-19, los desplazamientos, los ataques violentos contra las escuelas y la falta de conectividad digital están poniendo en peligro el acceso a la educación de la infancia más vulnerable en 48 países.

Save the Children recuerda que a esta grave situación se deben sumar los 258 millones de niños en todo el mundo que ya estaban fuera de la escuela antes de la pandemia. La organización pide a los líderes políticos que deben aprender de la crisis educativa de la COVID-19, que ha interrumpido la escolarización de más del 90 por ciento de los alumnos del mundo, y adaptar los sistemas educativos para garantizar que los niños que viven en los países con menos recursos no vean peligrar su derecho a la educación.

Según el nuevo análisis de Save the Children, la República Democrática del Congo, Nigeria, Somalia, Afganistán, Sudán del Sur, Sudán, Malí y Libia tienen sistemas educativos que se encuentran en «riesgo extremo» de colapso, seguidos de cerca de Siria y Yemen.

Esta ONG cifra en entre 10 y 16 millones de niños los que corren el riesgo de no regresar a la escuela debido únicamente a los impactos económicos de la COVID-19. Por otro lado, la crisis climática agrava el ya de por sí enorme riesgo, al resultar las escuelas dañadas o destruidas por fenómenos meteorológicos extremos, y es probable que un número cada vez mayor de niños tengan que huir de sus hogares, dejando atrás su educación.

Los nuevos datos de Save the Children siguen una investigación reciente de la organización que encontró que, en promedio, los niños de los países de bajos ingresos han perdido un 66 por ciento más de sus días escolares durante la pandemia, en comparación con sus compañeros de otros países más ricos.

«Casi la mitad de los 75 millones de niños y niñas que interrumpen cada año su educación lo hacen por amenazas climáticas como ciclones, inundaciones y sequías. A todo ello, se suma la pandemia y los horribles ataques contra las escuelas en países como Nigeria y Yemen. Necesitamos construir hacia adelante y de manera diferente, utilizando todo esto como una oportunidad para el cambio positivo», concluye Inger Ashing, directora ejecutiva de Save the Children Internacional.

Por su parte, Plan International denuncia que, en países de rentas bajas, con menos de un 2 por ciento de la población vacunada y con una grave crisis económica, si no se toman medidas la crisis global generada por la COVID-19 podría hacer que 20 millones de niñas no regresen a clase este curso.

«En este escenario, es imprescindible aumentar esfuerzos y habilitar recursos para que ninguna se quede atrás, pero también es fundamental invertir en las habilidades digitales de las adolescentes más vulnerables. Acabar con la brecha digital en un mundo aún más digital después de la pandemia, debe estar en la agenda política y social», señala Concha López, directora general de Plan International España.

Tal y como expone la ONG, ya antes de la pandemia 132 millones de niñas no iban al colegio y este año enfrentan las secuelas de un año difícil para su educación. Un informe de Plan International realizado a través de testimonios de 1 900 adolescentes, padres y profesores de Guatemala, Honduras, Kenia, Nepal y Sudán revela la dificultad de niñas y adolescentes para mantenerse en la educación durante este año de pandemia.

Una media del 46 por ciento de las adolescentes aseguró no haber podido estar en contacto con la clase, una cifra que en Sudán asciende al 84 por ciento. Por su parte, el 77 por ciento de los profesores dijeron no haber podido trabajar online por la falta de aparatos de conexión o acceso a Internet de sus estudiantes. El 41 por ciento de las adolescentes aseguró no haber tenido tiempo para las clases por tener que atender en la casa o trabajar para apoyar económicamente a las familias.

Además, las adolescentes se sienten especialmente inseguras en su retorno a las clases: el 63 por ciento asegura no haber aprendido tanto como estudiando presencialmente.

Según Plan International, no solo se trata de la COVID-19. Los conflictos armados conjuntamente con la crisis climática y la económica están provocando un aumento global del hambre, y las mujeres y las niñas representan el 70 por ciento. Además, cuando las familias sufren económicamente, son ellas las primeras en verse obligadas a dejar los estudios.

En este sentido, las niñas sin educación tienen tres veces más posibilidades de ser casadas o acabar unidas a un hombre mayor que ellas antes de los 18 años que aquellas que terminan la secundaria. «Si se alejan ahora de la educación, muchas nunca volverán a la escuela, lo que supone el fin de su educación y la pérdida de su potencial», advierte la ONG, que alerta de que, como consecuencia de la crisis, se estima que pueda haber 13 millones más de matrimonios infantiles en los próximos 10 años.

septiembre 06/2021 (Europa Press) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

Los profesores tendrían que ser prioritarios para la vacuna anti COVID (OMS)

Noticias - Vie, 09/03/2021 - 04:04

Los profesores y el personal escolar deberían estar entre los grupos prioritarios de la vacunación contra la COVID-19 para que las escuelas de Europa y Asia central puedan permanecer abiertas, dijeron este lunes la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unicef.

Las medidas para asegurar que las escuelas estén abiertas durante la pandemia «incluyen ofrecer a los profesores y otro personal escolar la vacuna anti COVID, como parte de los grupos objetivo en los planes nacionales de vacunación», indicaron las agencias de la ONU en un comunicado.

La recomendación, que había sido formulada en noviembre de 2020 por un grupo de expertos de la OMS antes de la salida de las vacunas, deberá hacerse «asegurando la vacunación de las poblaciones vulnerables», agrega el comunicado.

Al reabrir las escuelas después de las vacaciones del verano boreal, las agencias indicaron que es «vital que el aprendizaje en las aulas continúe sin interrupción», pese a la propagación de la contagiosa variante delta del virus.

«Esto es de primordial importancia para la educación de los niños, su salud mental y habilidades sociales, para que las escuelas ayuden a darle a los niños los medios para ser miembros felices y productivos de la sociedad», dijo en el comunicado el director de la OMS para Europa, Hans Kluge.

«La pandemia ha causado la perturbación más catastrófica en la historia de la educación», comentó.

Las agencias urgieron a los países vacunar a los niños mayores de 12 años que tienen condiciones médicas que los hacen más vulnerables a un contagio severo de COVID-19.

También destacó la importancia de tomar medidas para mejorar el entorno escolar durante la pandemia, como una mejor ventilación, menos alumnos por aula, distanciamiento social y pruebas de COVID frecuentes para niños y personal.

septiembre 01/2021 (AFP) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

Los australianos de entre 12 y 15 años podrán inmunizarse con la vacuna anti COVID Pfizer

Noticias - Dom, 08/29/2021 - 04:02

Los niños, niñas y adolescentes australianos de entre 12 y 15 años podrán vacunarse con el fármaco anti COVID Pfizer desde septiembre, anunció la oficina del primer ministro de Australia, Scott Morrison.

«A partir del próximo 13 de septiembre, los niños y niñas de entre 12 y 15 años podrán reservar dosis de la vacuna contra la COVID-19 Pfizer, tras la decisión del Gobierno de Morrison de implementar sugerencias de especialistas médicos», dice el comunicado.

La nota precisa que las recomendaciones médicas provienen del Grupo Asesor Técnico Australiano sobre Inmunización (Atagi, por sus siglas en inglés), que estudió detenidamente toda la evidencia médica sobre la vacuna y se expresó a favor de la vacunación de niños, niñas y adolescentes mayores de 12 años con este fármaco.

«El primer ministro, Scott Morrison, dijo que la vacuna Moderna también estará sujeta a la aprobación por parte de la Administración de Productos Terapéuticos (TGA) y a las recomendaciones de Atagi para los jóvenes de entre 12 y 18 años», señala la nota.

Se prevé que este grupo demográfico obtenga acceso a la vacuna a lo largo de 2021.

El último balance del coronavirus en Australia ha superado los 48 800 casos en lo que va de la pandemia, incluidos unos 14 800 activos –la cifra que casi se ha duplicado desde la semana pasada– y más de 990 casos mortales, según los datos del Ministerio de Salud.

agosto 26/2021 (Sputnik) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

Misteriosa enfermedad surge en estado indio de Uttar Pradesh

Noticias - Mié, 08/25/2021 - 04:06

Una misteriosa enfermedad azota algunas aldeas del norteño estado indio de Uttar Pradesh, con seis muertos hasta el momento, entre ellos cinco niños.

La causa de la muerte aún no está clara, dijeron las autoridades, añadiendo que existe la posibilidad de que sea dengue, indicó la agencia Indo-Asian News Service.

Cerca de 80 personas fueron admitidas en varios hospitales en las localidades de Mathura, Agra y también en Bharatpur, del estado de Rajasthan, con la misma enfermedad aún por identificar.

Según los funcionarios del Departamento de Salud, dos niños de nueve y seis años fallecieron en el hospital recientemente, tras ser ingresados con fiebre alta. Otros menores perecieron antes tras presentar síntomas similares.

La doctora Rachna Gupta, jefa de los servicios médicos, dijo que un equipo de galenos visitó el pueblo y tomó muestras para el diagnóstico de paludismo, dengue y COVID-19 de los pacientes ingresados y sus familiares.

La causa de las defunciones aún no está clara, dijeron las autoridades, y agregaron que existe la posibilidad del dengue, pues las plaquetas sanguíneas eran bajas junto con la fiebre.

Las autoridades rociaron con insecticidas el pueblo y se pidió a los aldeanos presentarse inmediatamente en el hospital si sienten fiebre u otro síntoma.

agosto 24/2021 (Prensa Latina) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

Los bebés transmiten más COVID que los adolescentes dentro de casa

Noticias - Lun, 08/23/2021 - 04:04

Tienen menos probabilidades de infectarse que los adolescentes, pero cuando ocurre, es más probable que contagien a sus convivientes.

Al inicio de la pandemia, a los niños se les llegó a considerar ‘supercontagiadores’. Un bulo que ha ido aminorando a medida que se han publicado estudios con resultados que lo contradecían hasta el punto de señalar que incluso eran menos contagiosos que los adultos.

Ahora, una nueva investigación afirma que los más pequeños, especialmente hasta los tres años de edad, transmiten con mayor facilidad que los adolescentes en el interior de sus hogares.

Lejos de volver a poner a los menores en el ojo del huracán, los autores de este trabajo aclaran que sus conclusiones no vienen a resolver el debate sobre si los niños infectados son tan contagiosos como el resto de la población y tampoco sugieren que estén impulsando la pandemia. Simplemente, ponen sobre la mesa «el papel» que desempeña en la cadena de transmisión dentro del hogar.

Tal y como revela el artículo, publicado en la revista  JAMA Pediatrics, los bebés y los niños pequeños tienen menos probabilidades de infectarse que los adolescentes, pero cuando ocurre, es más probable que transmitan el virus a sus convivientes. El origen parece situarse en un factor de comportamiento, ya que los niños muy pequeños requieren mucha atención y no pueden ser aislados cuando están enfermos.

Para los pediatras tiene sentido. Así como los adolescentes pasan más tiempo fuera de casa, juntos y a menudo, en lugares bastante cerrados, se tocan e incluso comparten bebida, los más pequeños tienen menos interacción social fuera del hogar, tienden a estar en estrecho contacto físico con convivientes, además de llevarse las manos y otros objetos a la boca con frecuencia. Existe una suma de condiciones que facilita el contagio dentro de casa.

El nuevo estudio, que fue realizado por investigadores de Public Health Ontario, se ha desarrollado a partir de los registros de casos de COVID-19 y pruebas positivas de coronavirus en Ontario desde el 1 de junio hasta el 31 de diciembre de 2020. Los científicos detectaron todos los positivos asociados con hogares privados y después, identificaron el «caso índice» (la primera persona que desarrolló los síntomas de coronavirus o dio positivo en la prueba del virus). Tras analizar 6 280 hogares en los que la primera persona en contraer el virus era menor de 18 años, buscaron casos secundarios entre los convivientes durante las dos semanas siguientes.

Conviene señalar que en la mayoría de los casos, la cadena de transmisión se detuvo con el niño infectado, pero en el 27,3 % de los hogares, los pequeños contagiaron al menos a otro familiar.

Al cruzar datos, se observó que a pesar de que los adolescentes (entre 14 y 17 años) constituían el 38 % de los casos índice y los menores de tres años, solo el 12 %, a la hora de contagiar en casa, las probabilidades eran un 40% más altas en los pequeños.

Los autores del estudio no descartan la posibilidad de que los niños tengan niveles más elevados de virus que los adolescentes. Investigaciones anteriores mostraban que aunque los más pequeños rara vez enferman gravemente, pueden portar niveles de virus similares o incluso más altos que los de los adultos.

Lo cierto es que la dinámica de la transmisión de enfermedades no es sencilla y el papel de los niños en la propagación del virus sigue siendo incierto. Pero teniendo en cuenta que, según los datos, tienen capacidad para transmitirlo a velocidades clínicamente significativas, habrá que asegurarse de que quienes están alrededor estén vacunados para ayudar a frenar la propagación en el hogar. Y, sin duda, las precauciones, tanto en casa como en las guarderías, resultan esenciales: distanciamiento físico, buena ventilación, mascarilla y una frecuente higiene de manos.

agosto 22/2021 (Diario Médico)

Estados de India se preparan para próxima ola de COVID con foco en los niños

Noticias - Sáb, 08/21/2021 - 04:05

Varios estados de la India están construyendo instalaciones con más camas pediátricas, además de oxígeno, ya que se teme que los niños que regresan a la escuela sin ser vacunados estén entre los más vulnerables durante una nueva ola de infecciones por coronavirus.

Los administradores de salud observan las tendencias en Estados Unidos, donde un número récord de niños han sido hospitalizados debido a que la variante Delta, que se encontró por primera vez en la India, se ha disparado entre las poblaciones no inoculadas.

Durante una segunda ola de infecciones en India que alcanzó su punto máximo en abril y mayo, cientos de miles de personas murieron por falta de oxígeno e instalaciones médicas, y ahora existe la preocupación de que se acumule otra tercera ola durante los meses de invierno.

«No sabemos cómo se portará el virus, pero esta vez no podemos permitirnos el lujo de no estar preparados», dijo Suhas Prabhu, que dirige el Grupo de Trabajo Pediátrico en el estado occidental de Maharashtra. «Ninguna madre debería tener que buscar una cama de hospital cuando su hijo está enfermo».

El gobierno de Maharashtra ha acumulado medicamentos y ha construido instalaciones para camas pediátricas adicionales y suministros de oxígeno en nuevos centros en Mumbai y Aurangabad.

Construidas en terrenos vacíos o en estadios remodelados, las instalaciones de Mumbai tienen un total de 1 500 camas pediátricas, la mayoría de ellas con oxígeno.

«Podemos aumentar esta capacidad para duplicarla si es necesario», dijo Suresh Kakani, un alto funcionario del organismo cívico de Mumbai.

En la vecina Gujarat, las autoridades han instalado 15 000 camas pediátricas con oxígeno, dijo el comisionado de salud Jai Prakash Shivahare.

India proporciona vacunas a personas mayores de 18 años. La mayoría de las vacunas administradas en el país son fabricadas por AstraZeneca, mientras que también se utilizan inyecciones producidas por el fabricante local Bharat Biotech.

Mientras tanto, se han abierto escuelas en al menos 11 de los 28 estados de la India después de más de un año de cierres, lo que hace temer que puedan convertirse en caldo de cultivo para la transmisión del virus.

En marzo de 2021, menos del 1 por ciento de las muertes por coronavirus en India estaban en el grupo de edad menor de 15 años, según el Ministerio de Salud. Funcionarios dicen que la gravedad de la enfermedad en ese grupo etario ha sido mínima hasta ahora.

Los epidemiólogos afirman que no hay evidencia que demuestre que la variante Delta o cualquier otra mutación afecte a los niños más que a otras partes de la población. (Reporte de Shilpa Jamkhandikar in Mumbai, reporte adicional de Neha Arora en Delhi y Sumit Khanna en Ahmedabad; Editado en español por Janisse Huambachano)

agosto 19/2021 (Reuters) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

OMS pide proteger a los sanitarios y los centros de salud en Afganistán

Noticias - Vie, 08/20/2021 - 04:03

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha hecho un llamamiento a «respetar y proteger» a los civiles, los trabajadores sanitarios, los pacientes y los centros de salud en Afganistán.

«En estos momentos difíciles, el bienestar de todos los civiles, así como la seguridad de nuestro personal, en Afganistán es primordial. El acceso sostenido a la asistencia humanitaria, incluidos los servicios sanitarios esenciales y los suministros médicos, es una línea de vida crítica para millones de afganos, y no debe interrumpirse. El pueblo de Afganistán necesita hoy más que nunca apoyo y solidaridad. Los logros de los últimos 20 años no pueden retroceder», ha señalado en un comunicado el director regional de la OMS para el Mediterráneo Oriental, Ahmed Al-Mandhari.

La OMS y sus socios han realizado una evaluación inicial de las necesidades sanitarias de las poblaciones desplazadas en Afganistán y han desplegado dos equipos sanitarios móviles para prestar servicios médicos. Sin embargo, lamentan que «las intervenciones han estado suspendidas durante las últimas horas debido a la inseguridad».

«En las zonas a las que la gente ha huido en busca de seguridad y refugio, incluyendo Kabul y otras grandes ciudades, los informes de campo indican que hay un aumento de los casos de diarrea, desnutrición, presión arterial alta, síntomas similares a los de la COVID-19 y complicaciones de salud reproductiva. Los retrasos y las interrupciones en la atención sanitaria aumentarán el riesgo de brotes de enfermedades e impedirán que algunos de los grupos más vulnerables busquen atención sanitaria que les salve la vida. Hay una necesidad inmediata de garantizar la continuidad de los servicios sanitarios en todo el país, con especial atención a garantizar que las mujeres tengan acceso a personal sanitario femenino», alerta la OMS.

Como consecuencia del conflicto, indican que han aumentado las lesiones traumáticas, lo que ha hecho necesario ampliar los servicios médicos y quirúrgicos de urgencia. En julio de 2021, se recibieron unos 13 897 casos de traumatismos relacionados con el conflicto en 70 centros de salud apoyados por la OMS, en comparación con los 4 057 casos de julio de 2020.

El 17 de agosto la OMS envió al Hospital Wazir Akbar Khan de Kabul 33 unidades de diferentes módulos de botiquines de traumatología, suficientes para cubrir 500 procedimientos quirúrgicos para 500 pacientes traumatizados y 750 víctimas de quemaduras, y 10 botiquines médicos básicos suficientes para proporcionar medicamentos esenciales a 10 000 personas durante 3 meses.

Esta semana, la OMS también ha proporcionado al hospital regional de Helmand 6 botiquines básicos y un botiquín contra el cólera para apoyar el suministro de medicamentos básicos para 6 000 personas durante 3 meses y el tratamiento de 100 casos de diarrea. En la última semana, la OMS también ha donado suministros médicos a 3 socios sanitarios para mantener el trabajo crítico en sus centros de salud cubriendo las lagunas de disponibilidad.

En los últimos 3 meses, el personal sanitario de 10 hospitales de referencia ha recibido formación en la gestión de víctimas masivas. Desde enero, la OMS ha prestado apoyo en materia de atención traumatológica a 134 centros de salud de 34 provincias. Estos hospitales han notificado 20 988 casos de traumatismos en los últimos dos meses. Desde junio, la OMS ha proporcionado a 500 centros de salud kits de emergencia y suministros médicos. La OMS también está formando a los trabajadores sanitarios en el apoyo a la salud mental.

En contraste, denuncian que los ataques a la atención sanitaria «siguen siendo un gran desafío». De enero a julio de 2021, 26 centros de salud y 31 trabajadores sanitarios se vieron afectados, causando 12 muertos.

agosto 18/2021 (Europa Press) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

São Paulo empieza a vacunar a adolescentes contra la COVID-19

Noticias - Vie, 08/20/2021 - 04:02

La ciudad brasileña de São Paulo empezó a vacunar a adolescentes contra la COVID-19, después de haber aplicado ya la primera dosis a toda la población mayor de 18 años.

En un comunicado, la alcaldía informó que la vacunación en esta nueva franja de edad empezará por adolescentes de 16 y 17 años «con deficiencia permanente o enfermedades preexistentes, además de embarazadas y lactantes»

Se esperan casi 48 000 personas en este grupo de edad, que deberán ir acompañados por un adulto responsable en el acto de la vacunación.

agosto 18/2021 (SputnikPrensa Latina) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

Letonia podría iniciar vacunación anti COVID en niños de entre 6 y 10 años en octubre

Noticias - Dom, 08/15/2021 - 04:05

La vacunación contra la COVID-19 de los niños de entre 6 y 10 años de edad podría comenzar en Letonia en octubre de 2021, declaró este viernes el ministro de Salud, Daniel Pavluts.

«Las investigaciones continúan, es probable que a partir de octubre pueda empezar la vacunación contra la COVID-19 de los niños de entre 6 y 10 años», dijo Pavluts.

Actualmente la vacunación en Letonia es obligatoria para el personal docente (hasta la fecha se ha vacunado el 60 por ciento), médico y de atención social.

Durante el último día en el país se han confirmado 127 nuevos casos de coronavirus para un total de 139 941.

agosto 13/2021 (Sputnik) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

Uno de cada cuatro somalíes sufre hambre y enfermedades

Noticias - Vie, 08/13/2021 - 04:01

Uno de cada cuatro somalíes, o tres millones de personas, se enfrenta a la malnutrición y enfermedades como la COVID-19, el paludismo o el sarampión, según la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR).

«Somalia se encuentra al borde de una catástrofe humanitaria. Una de cada cuatro personas se enfrenta a altos niveles de inseguridad alimentaria aguda y más de 800 000 niños menores de cinco años están en riesgo de malnutrición aguda, a menos que reciban tratamiento y asistencia alimentaria de inmediato», alerta la FICR en un comunicado difundido este miércoles.

A la malnutrición se unen otras «múltiples amenazas, incluido brotes de enfermedades como la diarrea acuosa aguda, el sarampión, el paludismo, y la COVID-19″, destaca.

En relación con la pandemia del coronavirus, se advierte que su impacto socioeconómico podría empeorar aún más el estado nutricional de los grupos vulnerables somalíes.

«Somalia es uno de los lugares más peligrosos del mundo para vivir en este momento. El país es un catálogo de catástrofes. Los desastres relacionados con el clima, los conflictos y la COVID-19 se han unido en una gran crisis humanitaria para millones de personas», cita el organismo a su director regional para África, Mohammed Mukhier.

A este respecto, la FICR hace un «llamamiento de emergencia» por 8,7 millones de francos suizos que permitirán prestar asistencia humanitaria a más de medio millón de somalíes durante un año y medio.

agosto 11/2021 (Sputnik) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

Los síntomas de depresión y ansiedad entre los jóvenes se han duplicado durante la pandemia en todo el mundo

Noticias - Jue, 08/12/2021 - 04:01

Un nuevo estudio de la Universidad de Calgary, en Canadá, publicado en la revista Psychiatry, un porcentaje alarmante de niños y adolescentes está sufriendo una crisis mental a nivel mundial debido a la pandemia de COVID-19.

El estudio es un metaanálisis que reúne datos de 29 estudios distintos de todo el mundo, en los que participaron 80 879 jóvenes de todo el planeta. Los nuevos resultados muestran que los síntomas de depresión y ansiedad se han duplicado en niños y adolescentes en comparación con la época anterior a la pandemia.

«Las estimaciones muestran que uno de cada cuatro jóvenes en todo el mundo experimenta síntomas de depresión clínicamente elevados, mientras que uno de cada cinco tiene síntomas de ansiedad clínicamente elevados, advierte la doctora Nicole Racine, asociada postdoctoral, psicóloga clínica y autora principal del documento. Y lo que es más alarmante, estos síntomas se agravan con el tiempo».

El estudio de la UCalgary -que incorpora 16 estudios de Asia oriental, cuatro de Europa, seis de América del Norte, dos de América Central y del Sur y uno de Oriente Medio, también muestra que los adolescentes de más edad y las chicas experimentan los niveles más altos de depresión y ansiedad.

«Sabemos por otros estudios que los índices de depresión y ansiedad en los jóvenes tienden a fluctuar con las restricciones, afirma la doctora Sheri Madigan, coautora del artículo, psicóloga clínica de la UCalgary y titular de la Cátedra de Investigación de Canadá sobre Determinantes del Desarrollo Infantil. Cuando se imponen más restricciones, los índices suben. Estar socialmente aislado, alejado de sus amigos, de sus rutinas escolares y de las interacciones sociales ha demostrado ser muy duro para los niños».

Y añade que, «cuando comenzó la COVID-19, la mayoría de la gente pensó que sería difícil al principio, pero que los niños estarían mejor con el tiempo, a medida que se adaptaran y volvieran a la escuela. Pero cuando la pandemia persistió, los jóvenes perdieron muchos hitos en sus vidas, recuerda. Se prolongó durante más de un año y para los jóvenes ese es un periodo realmente importante de sus vidas».

Para muchos adolescentes esa pérdida fue especialmente impactante. «Una vez que entras en la adolescencia empiezas a diferenciarte de los miembros de tu familia y tus compañeros pueden llegar a ser tu fuente más importante de apoyo social, explica Racine. Ese apoyo se redujo en gran medida, y en algunos casos faltó por completo, durante la pandemia».

Los adolescentes de más edad, en particular, se perdieron acontecimientos vitales importantes, como graduaciones, eventos deportivos y diversas actividades para alcanzar la mayoría de edad. «Estos chicos no se imaginaban que cuando se graduaran, nunca llegarían a despedirse de su escuela, de sus profesores o de sus amigos, y ahora están pasando a algo nuevo, con cero cierre, recuerda Racine. Hay un proceso de duelo asociado a eso».

A medida que una mayor parte de la población se vacuna y el fin de la pandemia parece estar cerca, surge la duda de cómo les irá a nuestros niños y adolescentes y si se recuperarán de este momento traumático, o persistirán los impactos en la salud mental.

«En este momento no sabemos la respuesta a eso, admite Racine. Creo que para la mayoría de los niños que han experimentado síntomas de salud mental elevados, algunos de ellos se resolverán. Pero habrá un grupo de niños para los que no sea así. Para ellos, esta pandemia puede haber sido un catalizador que les ha llevado a una trayectoria que podría ser difícil. Y hay otro grupo de niños que tenían dificultades de salud mental antes de la pandemia. Podrían tener dificultades a largo plazo», advierte.

Por ahora, sin embargo, los elevados síntomas de salud mental en los jóvenes están aumentando y eso es un problema que no debe subestimarse, advierte Madigan. «Seguimos viendo los efectos agravados de la pandemia, asegura. Es un desajuste para los niños porque no pueden predecir cómo será su entorno, y sabemos que cuando su mundo carece de previsibilidad y controlabilidad, su mente se resiente».

Por todo ello, los investigadores recomiendan que se pongan en marcha más apoyos de salud mental para ayudar a los niños y adolescentes en estos momentos de necesidad.

«Mucho antes de la pandemia teníamos un sistema de salud mental para jóvenes que estaba al límite y carecía de recursos, recuerda Racine. Una posible duplicación de las dificultades de salud mental desbordará ese sistema sin un aumento significativo de los recursos».

Madigan añade que «si queremos mitigar los efectos sostenidos de la COVID-19 sobre la salud mental, debido a los factores de estrés crónico que experimentaron los jóvenes, tenemos que dar prioridad a la planificación de la recuperación ahora. No cuando la pandemia haya terminado, sino inmediatamente. Porque los niños están en crisis ahora mismo», alerta.

agosto 10/2021 (Europa Press) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

Referencia:

Racine N., Cooke J.E., Eirich R., Korczak D.J.,  McArthur B.A., Madigana SH.: Child and adolescent mental illness during COVID-19: A rapid review. Psychiatry Res. 2020 Oct; 292: 113307. Published online 2020 Jul 16. doi: 10.1016/j.psychres.2020.113307

El tratamiento de las lesiones cerebrales en recién nacidos puede causar daños en los países de ingresos bajos y medios

Noticias - Lun, 08/09/2021 - 04:03

Un procedimiento ampliamente utilizado para tratar los daños cerebrales relacionados con el nacimiento en los recién nacidos en los países de ingresos bajos y medios (PIM) puede aumentar el riesgo de muerte, según una investigación dirigida por el Imperial College de Londres, junto con varios grandes hospitales del sur de Asia, publicada en la revista The Lancet Global Health.

En el estudio, realizado en 408 bebés con sospecha de daño cerebral al nacer en India, Sri Lanka y Bangladesh, se utilizó una técnica denominada hipotermia terapéutica. Esta técnica enfría la temperatura corporal del bebé en cuatro grados, colocándolo en una especie de alfombra refrigerante.

Las pruebas anteriores sugieren que las temperaturas frías pueden ayudar a reducir el daño y la muerte de las células cerebrales. El tratamiento de enfriamiento se utiliza ampliamente en todo el mundo, y las pruebas de múltiples ensayos en países de ingresos altos sugieren que el tratamiento reduce la muerte y la discapacidad de los bebés.

Sin embargo, aunque el tratamiento también se utiliza ampliamente en los países de ingresos bajos y medios, hasta ahora había pocos ensayos que analizaran la eficacia del tratamiento en estos países.

Se sospecha que todos los bebés del nuevo estudio han sufrido daños cerebrales durante el parto y padecen una enfermedad denominada encefalopatía neonatal. Esta afección significa que el bebé tiene una función cerebral anormal, y normalmente está causada por la falta de oxígeno.

La encefalopatía neonatal es la causa de un millón de muertes al año en todo el mundo, de las cuales el 99 % se producen en los países de renta baja.

En el nuevo ensayo, financiado por la Fundación Garfield Weston, 206 bebés con sospecha de daño cerebral recibieron la terapia de enfriamiento tras el nacimiento, mientras que 202 bebés no recibieron ningún tratamiento tras el nacimiento.

El estudio, denominado ensayo HELIX, fue un ensayo controlado aleatorio. Después de que las familias de los bebés aceptaran que participaran en el ensayo, los bebés fueron asignados al azar para recibir la terapia de enfriamiento, ampliamente utilizada en muchas partes del mundo, o para no recibirla.

Los bebés de ambos grupos recibieron un tratamiento integral en las unidades de cuidados intensivos. El tratamiento de enfriamiento se inició a las seis horas de nacer y continuó durante 72 horas, mientras los bebés eran vigilados de cerca.

Se utilizó una resonancia magnética avanzada para evaluar su salud cerebral a las dos semanas de vida, y la salud general de los bebés a los 18 meses. Medir el nivel de desarrollo y discapacidad de un niño es difícil antes de esta edad.

Los resultados del ensayo mostraron que el 50 % de los bebés del grupo que recibió el tratamiento de enfriamiento murió o sufrió una discapacidad moderada o grave. En el grupo de control, en el que los bebés no recibieron el tratamiento de enfriamiento, el 47 % de los bebés murieron o tuvieron una discapacidad moderada o grave.

Los resultados también mostraron que el 42 % de los niños del grupo de tratamiento de enfriamiento murieron, frente al 31 % de los bebés del grupo de control murieron.

Todos los centros del estudio fueron supervisados de cerca por el equipo del Imperial College de Londres, que tiene una amplia experiencia en hipotermia terapéutica, utilizando videoconferencias diarias en tiempo real para analizar la salud de los bebés. El equipo del ensayo también visitó los centros cada tres o cuatro meses e impartió formación durante el periodo de reclutamiento.

El tratamiento de enfriamiento se administró con el mismo dispositivo de enfriamiento utilizado en el Reino Unido, y las temperaturas corporales centrales se mantuvieron muy cerca del rango objetivo de 33 a 34 grados.

El profesor Sudhin Thayyil, autor principal del ensayo del Departamento de Ciencias del Cerebro del Imperial, destaca que «estos datos, procedentes del ensayo HELIX, sugieren que la hipotermia terapéutica, junto con un tratamiento de cuidados intensivos de alta calidad, no reduce el riesgo de lesiones cerebrales o de muerte en los países de renta baja».

«Los resultados también sugieren que el tratamiento puede aumentar el riesgo de muerte, en comparación con los bebés que no recibieron el tratamiento, añade. Por lo tanto, el tratamiento con hipotermia no debería seguir utilizándose como tratamiento de la encefalopatía neonatal en los países de ingresos bajos y medios. Las directrices internacionales (ILCOR – International Liaison Committee on Resuscitation) sobre la terapia de enfriamiento en los países de ingresos bajos y medios deberían modificarse inmediatamente».

El equipo del estudio afirma que ahora se necesita urgentemente más investigación para entender por qué el tratamiento de enfriamiento fue ineficaz y perjudicial.

El equipo sugiere que los bebés del ensayo, y en general los de los países de ingresos bajos y medianos, pueden haber sufrido un tipo de lesión cerebral diferente al observado en los ensayos de los países de ingresos altos. Los escáneres de los cerebros de los bebés sugieren daños en las fibras de conexión del cerebro más que en las estructuras cerebrales profundas. Una de las sugerencias es que el daño cerebral puede haberse producido en una fase temprana del parto, o en una fase anterior del embarazo.

El profesor Jayshree Mondkar, autor principal y profesor de neonatología y ex decano del Colegio Médico Municipal y Hospital General Lokmanya Tilak de Bombay, resalta que «los resultados del ensayo HELIX fueron sorprendentes, ya que en muchos centros de la India se enfría a los bebés de forma rutinaria. Pero el ensayo se llevó a cabo con un nivel muy alto, y los resultados son convincentes».

Por su parte, el profesor Mohammed Shahidullah, autor principal y profesor de neonatología del Hospital Universitario Médico Bangabandhu Sheikh Mujib, de Dhaka, subraya que «el ensayo HELIX es un excelente ejemplo del trabajo de colaboración Norte-Sur entre el Imperial College y otros centros de excelencia del sur de Asia para beneficiar a los bebés de los países de ingresos bajos y medios».

Igualmente, la profesora Seetha Shankaran, de la Universidad Estatal de Wayne, co investigadora del estudio, apostilla que, «aunque el enfriamiento es seguro y eficaz en los bebés a término con encefalopatía moderada o grave en los países de renta alta, el ensayo HELIX pone de relieve la importancia de realizar ensayos clínicos de alta calidad antes de utilizarlo para indicaciones no probadas, por ejemplo, en bebés con lesiones cerebrales más leves o prematuros, incluso en países de renta alta».

Finalmente, el profesor Thayyil añade que «el COVID-19 ha puesto de manifiesto cómo algunas enfermedades afectan de forma diferente a las poblaciones desfavorecidas. Es posible que el origen étnico, la situación socioeconómica, la infección y el estado nutricional, por ejemplo, influyan en las lesiones cerebrales relacionadas con el nacimiento, incluso en los países de renta alta, y por tanto no todos responderán al mismo tratamiento».

Por ello señala que «investigar cuidadosamente cómo estos factores causan lesiones cerebrales en los bebés no nacidos es importante para prevenir y desarrollar nuevos tratamientos para las lesiones cerebrales relacionadas con el nacimiento».

agosto 06/2021 (Europa Press) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

Referencia:

Aneja S, Sharma S., Thayyil S., Pant M. A S., Montaldo P., Shukla D., Oliveira V., BeIvain P., Bassett P., Swamy R., Mendoza J., Moreno-Morales M., Lally P.J. , Benakappa N., Bandiya P., Shivarudhrappa I., Somanna J., Kantharajanna U., Rajvanshi A., Krishnappa S., Shankaran S.: Hypothermia for moderate or severe neonatal encephalopathy in low-income and middle-income countries (HELIX): a randomised controlled trial in India, Sri Lanka, and Bangladesh. The Lancet Global Health, Available online 3 August 2021,  https://doi.org/10.1016/S2214-109X(21)00264-3

Dos siglos de vacunación y desconfianza

Noticias - Lun, 08/09/2021 - 04:01

La desconfianza ante las vacunas, incluso el rechazo total de una parte de la población a vacunarse, no surgieron con la pandemia de COVID-19 y nacieron con la aparición misma de la «vacunación».

«El rechazo a la vacunación es tan viejo como la vacunación misma», según el historiador de la salud, Patrick Zylberman.

Recorrido por más de dos siglos de avances y sospechas.

Con unas pústulas sumamente contagiosas, la viruela fue durante siglos un flagelo terrible.

En 1796, el médico inglés Edward Jenner tuvo la idea de inocular una forma del virus de la viruela benigna en un niño para estimular su reacción inmunitaria.

El proceso funcionó. Había nacido la «vacunación».

En Reino Unido, la vacuna contra la viruela fue obligatoria para los niños a partir de 1853. Esta obligatoriedad generó una oposición virulenta.

Los detractores alegaban el «peligro» de inyectar productos procedentes de los animales, «motivos religiosos» o «atentado a las libertades individuales».

A partir de 1898 se introdujo una «cláusula de conciencia» en la legislación británica para permitir a los recalcitrantes no vacunarse.

A finales del siglo XIX, Louis Pasteur puso a punto una vacuna contra la rabia a partir de una cepa atenuada del virus. En 1885 se realizó una exitosa inyección a Joseph Meister, un niño al que le había mordido un perro sospechoso de tener rabia.

En este caso hubo también desconfianza. Pasteur fue acusado de querer enriquecerse con la fabricación de una «rabia de laboratorio».

Tras la vacuna contra el tifus que se puso a punto al final del siglo XIX, los años 1920 vieron multiplicarse las vacunas contra la tuberculosis (BCG, 1921), la difteria (1923), el tétanos (1926) y la tosferina (1926).

También en los años 1920 se empezaron a utilizar sales de aluminio como coadyuvante para aumentar la eficacia de las vacunas. Esto será también una fuente de sospecha para los detractores de las vacunas, en particular en Francia.

En 1998, un estudio publicado en la prestigiosa revista médica The Lancet sugiere una relación entre las vacunas SPR (sarampión, paperas, rubeola) y el autismo.

Se descubre que se trata de un «amaño» del autor Andrew Wakefield. Pero ni el desmentido oficial de la revista ni los trabajos posteriores demostrando la ausencia de vínculo lograron acallar los temores.

Este estudio sigue siendo habitualmente citado por los detractores de las vacunas.

Este escepticismo tiene como consecuencia el «resurgimiento de algunas enfermedades contagiosas» como el sarampión, subraya Patrick Zylberman en su libro «La Guerre des vaccins» (La guerra de las vacunas).

El sarampión mató a 207 500 personas en el mundo en 2019, 50 % más que 2016, en un contexto de disminución de la vacunación global, advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En 2009, la pandemia de gripe H1N1, causada por un virus de la misma familia que el de la gripe de 1918, hizo sonar las alertas en la OMS. Se organizaron campañas de vacunación, pero la epidemia fue menos grave de lo previsto, causando solo 18 500 muertos.

Millones de dosis tuvieron que ser destruidas y los reproches a la mala gestión reforzaron la desconfianza en las vacunas en numerosos países, donde los «antivacunas» subrayan casos de efectos secundarios pese a que son muy raros.

Oficialmente erradicada desde agosto de 2020 en África gracias a la vacuna, la poliomielitis se resiste en Asia, en Pakistán y Afganistán, donde esta enfermedad provoca parálisis en los más pequeños.

El fracaso de las campañas de vacunación se explica sobre todo por la desconfianza de las poblaciones rurales y la creencia en teorías de complot contra los musulmanes.

agosto 06/2021 (AFP) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

Destacan respuesta inmune de niños y adolescentes ante COVID-19

Noticias - Jue, 08/05/2021 - 04:02

Menores entre cinco y 17 años contagiados de COVID-19 suelen mejorar después de seis días debido al sistema inmune recién formado, confirmó un estudio publicado en la revista The Lancet Child & Adolescent Health.

 De mil 734 enfermos en ese grupo poblacional, solo 77 (4,4 por ciento) experimentaron síntomas de la enfermedad después de las cuatro semanas, según datos recopilados de 250 mil sujetos a través de una aplicación para teléfonos móviles por padres y cuidadores entre el 1 de septiembre de 2020 y el 22 de febrero de 2021.

Según la publicación, la fatiga (84 por ciento), dolor de cabeza y pérdida de olfato (77,9 por ciento) fueron las manifestaciones presentadas, esta última la más común y detectada desde el inicio de la infección.

Asimismo, precisó que la más persistente fue la pérdida de olfato. Solo un 1,8 por ciento de los contagiados experimentó síntomas durante más de ocho semanas.

Emma Duncan, autora principal del estudio e investigadora del King’s College de Londres, destacó esos resultados, pero alertó sobre el pequeño número de niños que experimentan una larga enfermedad.

Por otra parte, Jesús Rodríguez Baño, investigador, profesor de Medicina de la Universidad de Sevilla y jefe de servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Virgen Macarena, España, también atribuyó el hallazgo a la respuesta innata del sistema inmune de los menores.

«Con este sistema de defensa se nace y permite proteger al cuerpo de las infecciones. Es la primera línea de respuesta del cuerpo ante un patógeno. Es posible que en el caso de los niños sea más eficaz y rápida la respuesta. Esta es muy importante para evitar la replicación viral inicial», enfatizó Rodríguez Baño.

La investigación de Duncan confirmó que los estudiantes de enseñanza Secundaria (de 12 a 17 años) padecen la enfermedad unos siete días, mientras que sus compañeros de Primaria (de cinco a 11 años) se curan en solo cinco días.

Otro estudio en el Kids Corona del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, en el cual participaron 411 familias con 724 niños y con al menos un progenitor con COVID-19, ratificó la investigación británica.

Mostró que más del 99 por ciento de los menores no mostraba síntomas o estos eran poco relevantes, mientras que un 33,8 por ciento de los adultos presentó una carga viral en la nasofaringe un mes después, superior al 11,9 por ciento diagnosticado en los niños.

agosto 04/2021 (Prensa Latina) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A

La resistencia a antibióticos: un problema global que requiere una acción urgente

Noticias - Mié, 08/04/2021 - 04:07

En el último informe de Encuestas de Prevalencia de las Infecciones Relacionadas con la Asistencia Sanitaria (IRAS), 2019, más del 85 % de los microorganismos aislados eran sensibles a marcadores de resistencia.

En 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS) se posicionó en su Plan de Acción Global (Global Action Plan on Antimicrobial Resistance) sobre la creciente amenaza de bacterias resistentes a antibióticos, insistiendo en la necesidad de abordar este problema lo antes posible para prevenir sus devastadoras consecuencias en la población. No obstante, la resistencia a antibióticos (AMR, por sus siglas en inglés) ha ido aumentando hasta convertirse en un grave problema para la prevención y el tratamiento de las enfermedades infecciosas.

La AMR es un proceso natural de las bacterias a través del cual algunas de las bacterias que causan las infecciones sobreviven a la exposición a antibióticos que normalmente las matarían o inhibirían su crecimiento.

Las bacterias resistentes que sobreviven se multiplican y se extienden con mayor rapidez debido a la disminución de la competición con otras bacterias, dificultando las opciones terapéuticas.

Al desarrollar nuevos mecanismos de evasión, las bacterias se diseminan, amenazando a los tratamientos actuales para las enfermedades infecciosas. Esto provoca un aumento en la duración de la enfermedad, duración de los ingresos hospitalarios, en la morbilidad y mortalidad, así como, en los costos del sistema de salud.

Por tanto, si los tratamientos actuales son cada vez más limitados, muchos de los procedimientos donde se requieren antibióticos de manera rutinaria como grave peligro para los pacientes, puesto que son más vulnerables a infecciones. El uso generalizado e incorrecto de los antibióticos es una de las causas que ha ido acelerando este proceso.

La AMR constituye un problema global de salud pública con un gran impacto tanto clínico como económico. A nivel mundial, es la responsable de al menos 700 000 muertes cada año, cifra que podría aumentar hasta los 10 millones en 2050 con un coste económico global de 100 mil millones de dólares.

En consecuencia, la OMS ha identificado 3 patógenos, todos ellos gram negativos, como de prioridad crítica:

  • Acinetobacter baumanni resistente a carbapenem em
  • Enterobacterales, resistentes a carbapenem y
  • cefalosporinas de 3ª generación (incluye K. pneumonia, E. coli, Enterobacter spp., Serratia spp., Proteus spp., Providencia spp. y Morganella spp.)

Por ejemplo, se estima que cada año en la Unión Europea (UE), tienen lugar más de 670 000 infecciones causadas por bacterias resistentes a antibióticos y aproximadamente 33 000 personas fallecen debido a ellas. Asimismo, el costo a los sistemas de salud europeos alcanza alrededor de mil millones de euros. Este gran desafío ha llevado a la elaboración del Plan de Acción “Una sola salud” (One Health Plan) en 2017 para apoyar a los estados miembros a alcanzar soluciones innovadoras, efectivas y sostenibles.

En el caso de España, más del 50 % de las infecciones nosocomiales anuales están causadas por bacterias gram negativas y entre estos patógenos, los más frecuentes fueron: E. coli, P. aeruginosa y K. pneumoniae. En el último informe de Encuestas de Prevalencia de las Infecciones Relacionadas con la Asistencia Sanitaria (IRAS), 2019, más del 85 % de los microorganismos aislados eran sensibles a marcadores de resistencia. Entre los patógenos descritos por la OMS como de prioridad crítica, el 77,1 % de A. baumannii, el 28,3 % de P. aeruginosa y el 6,3 % de enterobacterias aisladas fueron resistentes a carbapenémicos, respectivamente. Mientras que el 26,7 % de enterobacterias fueron resistentes a cefalosporinas de tercera generación. En el caso de A. baumannii, aunque fue un microorganismo que se aisló con poca frecuencia, estos pocos aislamientos presentaron un alto porcentaje de resistencia a carbapenémicos.

Por ello, se requieren urgentemente nuevos tratamientos antimicrobianos, pues desde el 2017, solamente se han aprobado 11 nuevos antibióticos, por parte de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) en Europa y de la Administración de Medicamentos y Alimentos del Gobierno de los Estados Unidos (FDA).  Esto se debe a que el descubrimiento de nuevos antibióticos es cada vez más complejo que antes, especialmente para aquellas bacterias gram negativas que causan una gran preocupación. A pesar de que este problema vaya en aumento y sea cada vez más conocido por la población, el mercado de los antibióticos está decreciendo.

En este sentido, el doctor Benito Almirante, jefe de Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Vall d’Hebron (Barcelona), considera lo siguiente al ser preguntado al respecto.

Pregunta. ¿Cuál sería su valoración del impacto de las resistencias antimicrobianas en el manejo de los pacientes con este tipo de infecciones? ¿Actual y en el futuro?

Respuesta. Las resistencias a los antibióticos de diferentes especies bacterianas constituyen, sin ninguna duda, una importante preocupación para la salud de la población. Su aparición, su diseminación entre microorganismos en el mismo paciente o a otros pacientes, su amplia distribución a nivel mundial y su repercusión sobre la eficacia terapéutica de los antimicrobianos actualmente disponibles hacen de este problema una de las grandes amenazas para la población mundial, al mismo tiempo que condiciona un reto muy relevante para los profesionales de la salud, para los gestores sanitarios, para la investigación y desarrollo de nuevas moléculas y para la puesta en marcha de mecanismos que pudieran controlar o revertir esta situación. Aún estamos a tiempo de trabajar todos los implicados en el tema en desarrollar e implementar todas las estrategias que permitan abordar con éxito actual y futuro esta problemática. Son de especial relevancia las actividades puestas en marcha por los países de la UE, trasladadas a España en el denominado Plan de Acción frente a las Resistencias Microbianas (PRAM), que permitirán su abordaje de manera integral y global.

P. ¿Cuál es la necesidad de nuevos antimicrobianos desde el punto de vista de su experiencia?

R. A pesar de que un abordaje integral del tema, en el que se incluye el desarrollo de nuevos antimicrobianos, es la solución más adecuada para actuar en este tema, es obvio que disponer ya de moléculas capaces de ser utilizadas en los pacientes con infecciones causadas por patógenos multiresistentes ayuda de manera importante a mejorar su pronóstico. Los nuevos antimicrobianos han de proporcionar una clara demostración de su actividad in vitro y de su eficacia en ensayos clínicos controlados, en los que se incluyan pacientes con este tipo de infecciones. Su aprobación por las autoridades regulatorias y su puesta a disposición a los profesionales para su utilización en terapéutica han de tener las máximas prioridades y una gran agilidad administrativa. Una vez realizado su posicionamiento terapéutico es imprescindible, para su correcto uso, que al menos durante las fases iniciales de su prescripción la misma sea validada por expertos en enfermedades infecciosas, que garantizarán en todo momento su uso adecuado, valorarán su eficacia en el mundo real más allá de los ensayos clínicos y permitirán que el nuevo antimicrobiano tenga una vida prolongada en terapéutica.

agosto 03/2021 (Diario Médico)

Referencias:

1. World Health Organization (WHO). Global Action Plan on Antimicrobial Resistance. Geneva, 2015.
2. Morgan G, Yamano Y, Tone K, et al. Antimicrobial resistance: Shionogi advocates policy change to address the public health threat. Nature Portfolio.
3. Review on Antimicrobial Resistance. Tackling drug-resistance infections globally: final report and recommendations. The review on antimicrobial resistance. May 2016.
4. World Health Organization (WHO). 2020 Antibacterial agents in clinical and preclinical development: an overview and analysis. Geneva, 2021.
5. World Health Organization (WHO). Global antimicrobial resistance surveillance system (GLASS) report: early implementation 2020. Geneva, 2020.
6. Shionogi. Antimicrobial resitance (AMR) position paper. June 2020.
7. European Centre for Disease Prevention and Control. Antimicrobial resistance in the EU/EEA (EARS-Net) – Annual Epidemiological Report 2019. Stockholm: ECDC; 2020.
8. Informe de vigilancia 2018-2019. Encuesta de prevalencia de las IRAS y uso de antimicrobianos en los hospitales de España. Unidad de Vigilancia de las Infecciones Relacionadas con la Asistencia Sanitaria. Centro Nacional de Epidemiología (CNE). Instituto de Salud Carlos III (ISCIII). Madrid. España. 2021.

La pandemia puede agravar la desnutrición materna e infantil

Noticias - Vie, 07/30/2021 - 04:05

Millones de niños y niñas podrían caer en una espiral de malnutrición como consecuencia de todo lo que ha supuesto la COVID-19, según prevé un estudio publicado en Nature Food. Sus datos revelan también cómo cada vez más personas se acuestan con hambre, lo que empeora el impacto de la epidemia y prolonga la recuperación.

Las familias de todo el mundo son cada vez menos capaces de acceder y permitirse una dieta nutritiva adecuada debido a la pérdida de ingresos, al aumento de los precios y la interrupción de los sistemas de alimentación y atención sanitaria por la pandemia.

De hecho, en muchos países de ingresos bajos y medios, se prevé un gran aumento de la malnutrición materna e infantil. Además de los 3 000 millones estimados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), otros 141 millones de personas no podrían permitirse una dieta saludable debido a la COVID-19.

Así apunta una nueva investigación, publicada esta semana en la revista Nature Food y liderada por investigadores del consorcio Standing Together for Nutrition (ST4N), que predice que esta difícil situación podría empeorar si no se toman medidas urgentes. Los expertos esperan que la proporción de población que no puede permitirse ni siquiera la mitad del coste de una dieta saludable en los 63 países modelados haya aumentado del 43 al 50 %.

Se avecina una crisis nutricional sin precedentes. Si no se toman medidas inmediatas, en 2022 habrá 283 000 muertes adicionales relacionadas con la malnutrición en niños y niñas, lo que equivale a 225 pequeños más que mueren al día, explica Saskia Osendarp, primera autora.

“Nuestro informe modeliza los posibles impactos de la COVID-19 con el fin de orientar a los responsables para que tomen medidas basadas en evidencias sobre cómo mitigar los daños que probablemente tendrá esta enfermedad”, explica a SINC Saskia Osendarp, primera autora del artículo.

Las conclusiones muestran claramente que se avecina una crisis nutricional sin precedentes, más aún con la aceleración de la pandemia en muchos países de ingresos bajos y medios. Si no se toman medidas inmediatas, en 2022 habrá 283 000 muertes adicionales relacionadas con la malnutrición en niños y niñas, lo que equivale a 225 pequeños más que mueren al día”, añade.

Es más, entre los que sobreviven, otros 13,6 millones de niños y niñas corren el riesgo de sufrir desnutrición aguda y 3,6 millones más podrían sufrir retraso en el crecimiento en 2022. “Esto tendrá un impacto duradero en sus vidas, sus familias y sus países. Y, como en cualquier crisis, las mujeres y los más pequeños se ven afectados de forma desproporcionada. El futuro de toda una generación está en peligro”, alerta Osendarp.

Tres escenarios posibles, pero todos negativos

Los investigadores utilizaron herramientas de modelización para proyectar el impacto que la pandemia podría tener en la nutrición materno-infantil en los países menos enriquecidos entre 2020 y 2022 en tres contextos posibles: optimista, moderado y pesimista.

Considerando un escenario moderado para 2022, las alteraciones causadas por la COVID-19 podrían ser la causa de que 9,3 millones de niños adicionales (optimista=6,4 millones; pesimista=13,6 millones) tengan bajo peso para su altura, y 2,6 millones de niños (optimista=1,5 millones; pesimista 3,6 millones) baja altura para su edad.

Considerando un escenario moderado para 2022, la pandemia podrían ser la causa de que 9,3 millones de niños más tengan bajo peso para su altura, y 2,6 millones de niños más baja altura para su edad.

Este escenario también prevé 168 000 muertes infantiles adicionales (optimista=47.000; pesimista=283.000), 2,1 millones de casos de anemia materna (optimista=1 millón; pesimista=4,8 millones) y 2,1 millones de niños nacidos de madres con un índice de masa corporal bajo (optimista=1,4 millones; pesimista=3 millones).

Igualmente, las pérdidas de productividad futuras derivadas del aumento del retraso en el crecimiento, la emaciación y la mortalidad infantil podrían costar 29 700 millones de dólares (pesimista=44.300 millones de dólares). Y para mitigar estos efectos, calculan que se necesitarán 1 200 millones de dólares adicionales al año (pesimista=1 700 millones de dólares) en asignaciones presupuestarias en nutrición.

Eso sí, para los autores es posible que las repercusiones en la nutrición se ajusten más al escenario pesimista, dada la rápida propagación de nuevas variantes agresivas del SARS-CoV-2: “Los gobiernos y los donantes deberían dar prioridad a las intervenciones nutricionales como parte de la respuesta global a la COVID-19”.

La nutrición, clave en la respuesta mundial a la pandemia

No es la primera vez que estos especialistas alertan del peligro. El pasado año publicaron un estudio en The Lancet  que ya ponía en el mapa estas dramáticas cifras, aunque ahora la previsión es mucho peor.

“El impacto inmediato de la pandemia en la vida de los más pequeños ha hecho retroceder el reloj de la nutrición al menos diez años”, valora Lawrence Haddad, coorganizador de ST4N. “Pero también les amenaza con menos probabilidades de sobrevivir a la siguiente enfermedad, de obtener buenos resultados en la escuela y con más riesgo de vivir en la pobreza cuando sean adultos”.

Según los autores, las proyecciones de gasto sugieren que la ayuda oficial al desarrollo para los sectores relacionados con la nutrición no volverá a los niveles de 2019 hasta 2030 como muy pronto. E incluso entonces, no será suficiente.

“La recesión económica generalizada ha hecho que los más pobres sean aún más pobres y que el número de personas que luchan por acceder a alimentos nutritivos aumente cada día. Esto es absolutamente evitable, tenemos herramientas y soluciones. Necesitamos inversiones y acciones audaces. Es hora de que la acción nutricional forme parte de todas las respuestas frente a la COVID-19”, continúa Haddad.

“Asegurar una buena nutrición para todos –especialmente para niños, adolescentes y madres embarazadas y lactantes– es crucial para salvar vidas y asegurar la salud y el desarrollo futuro de familias y naciones. Acertar con la nutrición hoy determinará si las consecuencias de la pandemia se sufrirán durante meses, años o décadas”, concluye Saskia de Pee, del Programa Mundial de Alimentos de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

La COVID-19 ataca más a los pacientes con malnutrición

De la misma forma que la pandemia empeorará la situación de la población más desfavorecida, las personas con COVID-19 con antecedentes de desnutrición pueden tener una mayor probabilidad de morir y de necesitar ventilación mecánica, según un estudio publicado en Scientific Reports.

Utilizando los registros médicos de 8 604 niños y 94 495 adultos que fueron hospitalizados con COVID-19 en Estados Unidos entre marzo y junio de 2020, los autores observaron cómo aquellos pacientes con un diagnóstico previo de malnutrición tenían mayores probabilidades de padecer la enfermedad de forma grave.

Según los autores, las intervenciones de salud pública dirigidas a las personas con mayor riesgo de desnutrición pueden mitigar la mayor probabilidad de covid-19 severa en este grupo.

julio 28/2021 (SINC)

Referencia:

Osendarp, S., Akuoku, J.K., Black, R.E. et al. The COVID-19 crisis will exacerbate maternal and child undernutrition and child mortality in low- and middle-income countries. Nat Food 2, 476–484 (2021). https://doi.org/10.1038/s43016-021-00319-4

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